Lucía Figar: el cheque que De Pedro no logró ocultar

Una empleada desvela al juez que la Púnica intentó “sepultar” la noticia




Lucía Figar llora la dimisión de Esperanza: era su mejor aval político


“Te he dejado las notas en recepción“. Minutos más tarde, Alejandro De Pedro recibe un SMS de Lucía Figar: “Las tengo”. En su declaración ante el juez, que “Espía en el Congreso” difunde íntegramente en Radio 3w.com, la dirigente del PP, Lucía Figar, alega que con De Pedro trataba solamente cuestiones meramente “estéticas” de la web. Sin embargo, los periodistas Ángela Martialay y Oscar López-Fonseca investigan si a cambios de esos contratos autonómicos se pagaron con dinero público los trabajos de reputación ‘online’ que las empresas del ‘conseguidor’ De Pedro hizo para Figar. En concreto, aquellos que trataron de ‘tapar’ las noticias sobre el polémico cobro por parte de la entonces integrante del Ejecutivo autonómico de un cheque guardería de su propia consejería para su hija pequeña. Una empleada de Alejandro de Pedro llegó a asegurar al juez que minimizar éstas fue “uno de nuestros huesos porque no podíamos bajarla”. La trabajadora llegó a asegurar que tuvieron que dedicarle varias horas a la semana durante diferentes meses. “No puede desaparecer en web. Lo único que haces es generar mucho contenido [positivo] e intentar que este otro contenido coja más fuerza para que ese baje”, explicó a preguntas de Anticorrupción.

Fue el periodista Javier Torres quien destapó esta inmoralidad que el matrimonio Lucía Figar-Carlos Aragonés intentaba tapar: “La renta de la familia supera los 100.000 euros anuales. La consejería reconoce la existencia de esa beca, aunque señala que ha sido obtenido por Figar al ser familia numerosa, cumpliendo estrictamente los requisitos exigidos. La consejera de Educación, Lucía Figar, ha logrado un cheque-guardería de la comunidad para su hija de dos años durante este curso académico. El cheque tiene un valor de 1.100 euros. La consejera, que es quien firma la orden de concesión de esas ayudas, dispone junto a su marido, de unos ingresos que superan los 125.000 euros. Legalmente, la consejera cumple con los requisitos para obtener ese cheque-guardería ya que, según la orden que los regula y firmada también por ella, el colegio al que acude su hija tiene un servicio de guardería totalmente privada, condición indispensable para cobrar la ayuda. Ese mismo año, el pasado, la consejera Lucía Figar eliminó en la Comunidad 10.000 becas-comedor”. Aunque en la sociedad civil esto escandalice, para los políticos del régimen es “normal y legal”.

Aunque la Oposición intenta desacreditar a Lucía Figar por sus decisiones ideológicas en favor de la escuela concertada o privada, lo cierto es que es la corrupción la que la cerca políticamente y la inhabilita de por vida en materia ética. Durante su gestión, el “maestro de la Púnica”, Alfonso Ferrón, logró 13 colegios en la Comunidad de Madrid y con el constructor Marjaliza ganaba todos los concursos de Figar. Marjaliza y De Pedro también eran amigos y en sus conversaciones sobre colegios salía a relucir el nombre de Eduardo Zaplana. Lo único relativamente cierto es que lo que pudiera aprender Lucía Figar sobre corrupción, influencias e información privilegiada lo aprendió de sus mayores. Es madrina del hijo mayor de Alejandro Agag y Ana Aznar Botella. Lloró delante de las cámaras durante la rueda de prensa en la que Esperanza Aguirre anunció que dejaba la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Está casada con Carlos Aragonés, director de gabinete de José María Aznar en La Moncloa. José María Aznar fue testigo de su boda: “Conocí a Alejandro de Pedro en la sede de Génova, pero nadie me recomendó sus servicios. Francisco Granados nos convocó a una charla de recomendaciones de tipo político para Internet, que parecen muy obvias hoy en día, pero por aquel entonces no lo eran. Unas semanas después me solicitó una visita, donde me hizo una presentación de su empresa y los servicios que ofrecía. Me enseñó los informes de seguimiento activo en las redes sociales y, a partir de ahí, yo le remito a mi jefe de gabinete de prensa –Pablo Valdín– y posteriormente a la Secretaría General Técnica”.


¿Como es posible que una simple consejería autonómica gaste más que una multinacional? Se explica porque el dinero no es suyo y a la manirrota Lucía Figar le parece normal: ““Yo estoy completamente segura de que entre septiembre y diciembre, mi consejería sacaría multitud de concursos: de obras, de servicios… Pero no sé a qué se puede referir, ni recuerdo que hubiera ningún concurso en marcha que afectara a este señor”. Además, alega desconocer si De Pedro contrataba con otras administraciones públicas. Figar alega que ella “nunca cerraba ningún detalle de presupuestos, siempre lo remitía a la fundación”. Ante su respuesta, el magistrado formula de nuevo la pregunta de “por qué no se pidieron presupuestos a otras empresas del ramo”, insistiendo en si “dejaba libertad de contratación”, y le echa el muerto a su jefe de prensa, Luis Sánchez. Figar, por su parte, dice desconocer el motivo por el cual no se consultaron otros presupuestos para el diseño de la web y sentencia que, en todo caso, fue “la decisión del director general, a quien yo no di ninguna instrucción al respecto”.

El magistrado va más allá y pregunta a Figar sobre el contenido de conversaciones posteriores en las que se insinuaba que la exconsejera podría estar planteándose presentar su candidatura a la alcaldía de Madrid para sustituir a Ana Botella. En los cenáculos políticos era un secreto a voces. Y el juez insiste en la posibilidad de que hubiera apalabrado con De Pedro un contrato posterior para ayudar a proyectar su imagen pública. Figar, al oír las afirmaciones del juez, ríe y lo niega tajantemente. A continuación se expresa en estos términos: “Primero: soy una persona honrada. Segundo: nunca ha estado en mi cabeza ni en mi intención presentarme a ningún cargo público. Y usted me podrá creer o no. Porque por esas fechas, yo lo que tenía ya muy claro es que iba a abandonar la vida política”. Y, a continuación, añade: “Es que todo esto para mí es un disparate”.

Pero no lo es tanto si se repasa su biografía, pegada a los cargos públicos desde los 23 años (hoy tiene 40): hija del constructor Arturo Figar Velasco, accionista mayoritario de Obras Subterráneas S.A. (OSSA), y nieta de Gonzalo de Lacalle Leloup, alcalde de Vitoria en los años 50, fue asesora en el Departamento de Asuntos Institucionales con Alejandro Agag en Moncloa, directora del Gabinete del Secretario General del Partido Popular Europeo, Alejandro Agag, directora de Gabinete del Secretario de Estado de Administraciones Públicas, Gabriel Elorriaga, asesora del Gabinete de la Presidencia del Gobierno entre 1998 y 1999, jefa de Gabinete del secretario de Estado de Organización Territorial y secretaria general de Asuntos Sociales con el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, Secretaria General de Asuntos Sociales, jefa de Agencia para la Inmigración de la Comunidad de Madrid y por último, Consejera de Educación, cargo que obviamente le vino grande y le desbordó.

Los periodistas Molpeceres y De La Osada recuerdan que el juez pregunta a la exconsejera por la conversación telefónica mantenida el 25 de agosto entre Alejandro de Pedro y José Antonio Alonso Conesa, en la que el primero le dice al segundo que quiere “hablar con Lucía porque va a sacar el concurso ya”. Que los pliegos se lo va a hacer la consejería y luego le iban a pasar el borrador. Pero Figar defiende este trasvase de información sensible a posibles contratistas con estas palabras: “normalmente, cuando se hace una campaña de publicidad, sí que se informa públicamente de lo que se persigue”, para que las empresas que optan al concurso adapten sus proyectos.


Las periodistas Pilar Álvarez y Victoria Torres Benayas dicen que Lucía Figar fue “muy cuestionada tras 11 huelgas educativas, Esperanza Aguirre la mantuvo contra viento y marea en Educación y también lo hizo Ignacio González cuando remozó su Gobierno al asumir la presidencia. Aunque le quitó Empleo, González le dio Deportes y Juventud. En el Partido Popular, al que pertenece desde 1995, es miembro de la Junta Directiva Nacional y secretaria de Comunicación y portavoz del PP de Madrid. Es ambiciosa, resaltaban adversarios y amigos. En el verano de 2011, su nombre sonó como presidenciable madrileña por los pasillos de la Asamblea regional y meses después, como ministrable de Mariano Rajoy. Pero Aguirre anunció su retirada en septiembre, Rajoy no la llamó a su lado y parecía que González sería el sucesor en Madrid. Parecía hasta que Mariano Rajoy intervino e impuso a Cristina Cifuentes que, al conocer la decisión de Figar de abandonar la primera línea al término de la legislatura, aseguró que estaría encantada de contar con ella para su eventual gobierno si deseara seguir. Hoy, Cifuentes opina que las nuevas imputaciones en el seno del PP son un “lastre” que “no ayuda” a mejorar la confianza de los ciudadanos, al tiempo que ha esperado que quien haya cometido alguna irregularidad pague por ellas”.


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