Imágenes asiáticas...

Quería compartir con vosotros un poco de lo que vi y viví por mis viajes durante este año pasado. Abro con esta imagen porque creo que en esos once meses me he jugado la vida en dos ocasiones y una de ellas fue poco después de fotografiar este tranquilo ocaso:

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Cuenta Deckard, si puede ser, me gustaría conocer lo que pasó.....siempre que sea posible y quieras compartirlo...gracias...

cuenta no nos dejes asi ,que se cuece por ahi

Estuve en Taiwán el año pasado coincidiendo con la época de tifones y, a finales de agosto, fui a visitar la ciudad de montaña de Jiufen. "Jiufen" significa en chino "nueve porciones", y es que, según la leyenda, fue durante siglos habitada -y repartida- tan solo por nueve familias. Esto fue así hasta que, durante la ocupación japonesa, se descubrieron en la zona yacimientos de oro.

Así, la pequeña villa creció rápidamente debido a la fiebre del oro y, como sucede con todo lugar donde sus recursos son sobreexplotados, el brillo del lugar se fue apagando a medida que se apagaba la luz dorada de las minas.

Sin embargo, la ciudad tiene un encanto especial, tanto que en ella se ambientó la película Tierra de desdicha, ganadora del León de Oro en 1989. Y más aún, se comenta que la película de animación El viaje de Chihiro toma prestada toda su ambientación inicial del mismo lugar, Jiufen.

El caso es que caminando por allá seguido de un muchacho estadounidense, uno filipino, uno alemán y otro húngaro, se nos ocurrió la absurda idea -yo me opuse al principio-, de escalar la montaña que rodea al lugar. No es que la idea fuera mala en sí, pero sabíamos que esa misma tarde se acercaba un tifón y el anterior había matado casi a 30 personas.

Ascendimos a medida que el viento se hacía más fuerte, tomé aquella foto a mitad de camino, más o menos, y seguimos hacia la cumbre. Al bajar anochecía, la lluvia caía con fuerza y vimos a una mujer que ni siquiera vino hasta arriba caer un tramo rodando, mi amigo alemán tropezó varias veces y casi se nos lleva con él, el filipino perdió las gafas que salieron literalmente volando y... Por suerte, llegamos a la falda de la montaña enteros.

El lugar era maravilloso, pero después del pánico colectivo he aprendido la lección y jamás escalaré ni siquiera una colina los días en que se acerque un tifón.

Ya sabía desde hace tiempo que estabas algo loco...pero arriesgarte así es de no tener ni pizca de conocimiento!!!

Pero la foto del crepúsculo es preciosa y afortunadamente ya estás aquí para contarlo

Gracias Yeira!!!

(P.D. Sabes que te quiero... Mucho, muchísimo además...?)

Ahí va una foto que tomé el segundo día en que me jugué la vida durante estos meses, esta vez caminando por el norte de la India...

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Desde luego aplaudo tu valor arriesgando asi la vida, más sabiendo que se acercaba un tifón y que el anterior había matado a tanta gente......uffff, yo no lo haría y ya veo que a tí también se t han quitado las ganas de volver a intentarlo.....eres un aventurero

No tienen buena pinta los Kaláshnikov de cerca si te apuntan

Os conté que esa foto cachemira la hice mientras buscaba la tumba de Jesucristo? Es una historia estrambótica, pero merece la pena. Entre tanto se acabaron las imágenes tomadas a riesgo de jugarme la integridad física. Os dejo aquí una de las puertas de la estupa de Sanchi, en el estado central indio de Madhya Pradesh:

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Como le pasaba al alcalde de Villar del Campo os debo una explicación también sobre esta foto y esa explicación que os debo os la voy a pagar, prometido!

Estás tardando en explicarte...

vamosssssssssssssss....cuentaaaaaaaaaaa

que fotos tan chulas,estoy deseando leer esa explicacion............... :shock:

Como lo prometido es deuda… La primera imagen que podéis observar corresponde a la mezquita de Shah Hamdan, que tiene una fortísima influencia de la arquitectura hindú de la India septentrional. Aunque he podido contemplar mezquitas en diversos países, ninguna tiene características similares a esta. Construida hace 750 años, su estructura con predominio de la madera y su decoración de maché hacen de este lugar de culto un espacio único e interesante también para los no creyentes.

Espero no mezclar muchas historias en una a partir de ahora… Intentaré resumir rápido. Cuando la India y Pakistán se separaron en 1947, la región de Cachemira, de mayoría musulmana, quedó dividida entre ambos países. Más de 60 años después, este territorio ha sido causa de dos guerras entre ambas potencias nucleares del sur asiático, además de ser desencadenante de incontables ataques fronterizos. Su situación geográfica hace de Cachemira –que actualmente está dividida entre India, Pakistán y China-, además, un importante refugio de terroristas musulmanes que piden bien la anexión del estado a Pakistán, bien su total independencia.

Como podéis ver en la imagen, a la derecha hay un fiel musulmán y a la izquierda un soldado indio. Esto es debido a que el día anterior a que yo aterrizara en Srinagar, capital de la Cachemira india, dos supuestos terroristas fueron asesinados por las fuerzas de seguridad y se convocaron, casi de inmediato, manifestaciones de protesta. Así que según caminaba por las calles de la ciudad decenas de musulmanes –me vestí con su traje típico, así que parecía a simple vista uno más-, me gritaban con insistencia “run, run, curfew!”, lo que traducido al román paladino vendría a querer decir “¡corre, corre, toque de queda!”.

Ajeno a la gente que clamaba para que corriera con ellos, me adentré en los callejones más típicos de la ciudad con mi cámara de fotos. Tomé la imagen que veis, continué caminando y al girar una esquina un soldado me apuntó a la cabeza con una de esas armas de fabricación soviética que tanto se llevan entre los militares indios. Di la vuelta con un susto bastante grande y a pesar de todo intenté volver al mismo sitio dando un rodeo. La razón de mi insistencia era que en el cruce tomado por la soldadesca me esperaba la supuesta tumba nada más y nada menos que de Jesucristo.

Una segunda historia un poco rápida. Según una teoría algo atrevida y por supuesto negada tajantemente por la doctrina católica, Jesucristo pudo no haber muerto a consecuencia de la crucifixión, sino que sobrevivió a la tortura y viajó por Persia y Cachemira hasta bien entrada la década de sus 80. Allá habría cambiado su nombre por el de Yuz Asaf muriendo y siendo enterrado en Srinagar. Esta teoría, basada en textos de la época y supuestamente reforzada por la importancia que para todas las religiones del lugar tuvo Yuz Asaf (budistas, hindúes y musulmanes), suele acompañarse de una dudosa prueba de la veracidad de la historia: una talla en piedra de los pies del propio Jesucristo con agujeros en los tarsos supuestamente producidos por el clavo con que fue crucificado.

Sea como fuere, sobre la supuesta tumba de Jesucristo se construyó un morabito, el Roza Bal, donde fue además enterrado un santo sufí: Mir Sayyid Naseeruddin. Hay un curioso documental de la BBC sobre esta historia, si queréis verlo os puedo enviar los enlaces de Youtube. Y ya no entro en más valoraciones sobre el tema para no herir sensibilidades. El caso es que me sentía impelido a conocer el lugar y, después de que otro recluta me apuntara de nuevo, conseguí acceder en una visita relámpago al Roza Bal y ver además, de lejos, la mezquita más importante de la capital, la Jamia Masjid.

Tras haberme jugado un poco inconscientemente la vida, haber visto mujeres con burka, los Himalayas nevados, jardines de cuento de hadas y tras haber dormido en un “palacio flotante”, abandoné Srinagar rodeado de militares atemorizados mientras desde una de las ventanas del aeropuerto observaba el cartel de bienvenida a Cachemira:

“Welcome to Kashmir, the Paradise on Earth”

Ya sabía que eras un inconsciente pero te perdono porque sabes contar las cosas como nadie y eso no se aprende en ninguna universidad.

Mi sensibilidad no se hiere fácilmente...así que puedes continuar con la historia y dar tu opinión (aunque creo que la conozco)

Gracias Yeira! Aquí viene una pequeña historia sobre la segunda foto, espero que no sea demasiado cansina y os aburra...

“Ashoka, uno de los grandes monarcas de la Historia, cuyos dominios se extendían desde Afganistán a Madrás... Fue el único monarca-militar del que se recuerda que abandonó las guerras después de una victoria. Había invadido Kalinga (255 AC), un país a lo largo de la costa este de Madrás, quizá con la intención remota de completar la conquista hasta la punta de la península india. La expedición fue un éxito, pero él se disgustó por las atrocidades y horrores que vio en la guerra. Declaró, en ciertas inscripciones que todavía existen, que ya no buscaría la conquista por la guerra, sino por la religión, y el resto de su vida se dedicó a la difusión del budismo por todo el mundo. Parece haber gobernado su vasto imperio en paz y con gran capacidad; no era un mero fanático religioso. Ashoka trabajó con cordura durante veintiocho años por las necesidades reales de los hombres. Entre las decenas de miles de nombres de monarcas que llenan las columnas de la Historia, sus majestades gentiles y serenas, sus altezas reales y demás, el nombre de Ashoka brilla y brilla, casi por sí solo, como una estrella. Desde el Volga a Japón su nombre sigue siendo honrado. China, Tíbet, e incluso la India, a pesar de que haya dejado a su doctrina, preservan la tradición de su grandeza. Más hombres vivos hoy en día valoran su memoria de los que hayan escuchado jamás los nombres de Constantino o Carlomagno”.

Lo antedicho lo escribió Herbert George Wells, y describe bastante somera y fielmente el perfil de uno de los hombres más grandes de la Historia. A pesar de que apenas sea conocido en Occidente, el imperio de Ashoka (273-232 AC) fue uno de los más vastos de la Antigüedad y su legado, basado en la no violencia, el amor, la verdad, la tolerancia y el vegetarianismo, influenció muchísimos siglos después a los líderes indios del antiimperialismo británico. Ashoka recibió de sus antecesores un imperio que abarcaba casi todo el subcontinente del sur asiático, pero le faltaba por conquistar el reino de Kalinga. Durante el sometimiento de este territorio del sureste indio, Ashoka sufrió una crisis existencial al contemplar los horrores de la guerra y, según la leyenda, pronunció el siguiente monólogo:

“¿Qué he hecho? ¡Si esto es una victoria, qué es entonces una derrota! ¿Esto es una victoria o una derrota? ¿Esta es la justicia o la injusticia? ¿Es valentía o un desastre? ¿Se tiene valor por matar a niños y mujeres inocentes? ¿Lo hago para ensanchar el imperio y la prosperidad, o para destruir el reino o el esplendor de otros? Alguien ha perdido a su marido, alguien a su padre, alguien a un niño, alguien a un bebé por nacer... ¿Qué son estos restos de cadáveres? ¿Son estas las marcas de la victoria o las de la derrota? ¿Son estos buitres, cuervos y águilas los mensajeros de la muerte o el mal? ¡Qué he hecho, qué he hecho!”

A partir de entonces, Ashoka decidió abrazar un budismo de tintes humanistas con el que buscaba la felicidad de sus coterráneos. Hoy en día, el símbolo central de la bandera de la India es la rueda o chacra que fundara antes de Cristo el propio Ashoka, compuesta por 24 radios que representan 24 virtudes diferentes.


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Estas virtudes son:

1. El amor

2. El valor

3. La paciencia

4. La tranquilidad

5. La amabilidad

6. La bondad

7. La fidelidad

8. La gentileza

9. El dominio de uno mismo

10. El altruismo

11. La sacrificación de uno mismo

12. La verdad

13. La rectitud

14. La justicia

15. La compasión

16. La misericordia

17. La humildad

18. La empatía

19. La comprensión

20. El conocimiento supremo

21. La sabiduría suprema

22. La moral suprema

23. El amor por todos los seres

24. La esperanza o fe en la naturaleza (o Dios)


Entre los muchos monumentos que Ashoka dedicó al budismo destacan las estupas de Sanchi. Una estupa es un monumento funerario de peregrinación que, antiguamente encerraba o simplemente señalaba el lugar donde había sido enterrada una reliquia de tipo budista. En principio las propias estupas representan al mismo Buda. Como curiosidad hay que decir que en esta etapa del budismo era anatema representar a Buda, por lo cual se hacía mediante símbolos como la flor de loto, el chacra o el árbol de boj.

Yo caminé por Sanchi un día soleado, vi sus majestuosas puertas (la de la imagen es la central) y sentí la paz intemporal que pudieron compartir conmigo clérigos de hace más de 2.000 años. Podría seguir hablando de las características de las estupas de Sanchi o de su historia, pero creo que poco más puedo añadir si no quiero mataros de aburrimiento…

Deckard!!!

Aquí os dejo una imagen del Templo Dorado de Amritsar, intentaré contar a partir de ahora cosas más cortitas para no mataros de aburrimiento...

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Maravilloso sería poder observarlo reflejado en el mar inacabable de tus ojos, Yeira...

Que preciosidad ....yo quiero ir!!!!!!

Nos vamos de vacaciones a visitarlo, Marian? Me ofrezco como guía!!!

Lo siento pero no pienso ir a la India y tú sabes la razón...