WEBS AMIGAS
Últimos temas
» Belarra, Díaz y Verstrynge, las únicas diputadas que han renunciado a las dietas del Congresopor satanas666 Vie 03 Nov 2023, 9:03 am
» Humor en la política
por satanas666 Miér 04 Oct 2023, 1:20 pm
» La derecha inicia una campaña contra el rey tras proponer a Sánchez para la investidura
por satanas666 Miér 04 Oct 2023, 1:13 pm
» Trocitos de Historia
por satanas666 Jue 04 Mayo 2023, 7:12 am
» El hallazgo de las inscripciones más antiguas en lengua vascónica en Navarra revoluciona las investigaciones sobre el euskera
por satanas666 Mar 15 Nov 2022, 7:30 am
» 35.000 millones de euros en salarios de los trabajadores mejor pagados no cotizan para las pensiones
por satanas666 Mar 15 Nov 2022, 7:17 am
» Bob
por blusman Lun 27 Sep 2021, 5:40 pm
Mi periódico
Temas similares
Teologos críticos con el Vaticano
5 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Teologos críticos con el Vaticano
Recuerdo del primer mensaje :
El Vaticano II, tumba de la cristiandad. Juan José Tamayo, teólogo
Si Juan XXIII pasó "del anatema al diálogo", los dos últimos papas han hecho el camino inverso
Lunes 8 de diciembre de 2008, por Juan Cejudo (actualizado el 23 de julio de 2009)
Fuente: El Periódico
La figura de Juan XXIII, de cuya elección papal hemos celebrado recientemente el 50° aniversario, está indisociablemente unida al Concilio Vaticano II, inaugurado el 11 de octubre de 1962 y clausurado en Roma, el 8 de diciembre de 1965.
Fue un concilio que venía a corregir el rumbo contrarreformista y contrarrevolucionario de los dos concilios anteriores: el de Trento (1545-1563), que condenó la Reforma protestante, y el Vaticano I (1870), que proclamó el dogma de la infalibilidad del Papa.
Fue, sin duda, uno de los acontecimientos sociorreligiosos más importantes del siglo XX por sus repercusiones no solo en el terreno religioso, sino también en el cultural, político y social, en plena sintonía con las transformaciones producidas durante aquella década de alta temperatura utópica en la esfera internacional.
El cuarto de hora de locura de Juan XXIII, como algunos calificaron su decisión de convocar aquel concilio, fue en realidad un huracán que derribó los muros de incomunicación de la Iglesia católica con el mundo moderno. Juan XXIII solo pudo asistir a la primera sesión (de octubre a diciembre de 1962), pero su talante humanista y su espíritu reformador estuvieron presentes en las cuatro sesiones celebradas.
El Vaticano II marca el final de la cristiandad triunfante, considerada consustancial a la Iglesia católica, cuando fue una de sus más graves patologías y desviaciones del proyecto originario de Jesús de Nazaret.
Con él tocaban a su fin el absolutismo eclesiástico y las multiseculares alianzas entre el trono y el altar, en nuestro caso, entre la Iglesia católica española y la dictadura del general Franco, legitimada por Pío XII con la firma del Concordato de 1953, pero cuestionada por sus sucesores Juan XXIII y Pablo VI, críticos severos del franquismo. En expresión feliz del teólogo español José María González Ruiz, el Vaticano II se convirtió en la "tumba de la cristiandad".
Los obispos de todo el mundo reunidos en el concilio hicieron una valoración positiva, y en clave emancipatoria, del fenómeno de la secularización en todos los campos del ser, del saber y del quehacer humano, que venía gestándose en Europa desde el Renacimiento, corrigiendo las condenas de los papas anteriores. Pío IX afirmaba en el Syllabus, en 1864, que la Iglesia no podía reconciliarse con el progreso, y declaraba anatema a quien defendiera dicha reconciliación.
JUSTO UN SIGLO después, el Vaticano II defendía, en el mismo lugar, la autonomía de las realidades temporales y los avances de la civilización moderna, si bien críticamente, llamando la atención sobre las abismales desigualdades y asimetrías entre pueblos ricos y pueblos pobres. Durante los dos últimos pontificados se ha producido el proceso inverso: hemos pasado de la secularización a la confesionalización. Un ejemplo doméstico es la defensa de los símbolos cristianos en la escuela pública por parte de la jerarquía católica.
El concilio quiso poner fin a una larga etapa de anatemas y condenas contra la modernidad y abrir un camino para un diálogo en varias direcciones: con la increencia (ateísmo, agnosticismo e indiferencia religiosa); con el pensamiento crítico, que se incorporaba a la reflexión teológica; con las iglesias cristianas no católicas, con las que inició un fecundo proceso de aproximación; con las religiones no cristianas, a las que reconocía como caminos de salvación.
Pero con Juan Pablo II y Benedicto XVI han vuelto los anatemas y las condenas de las religiones, de la modernidad, de la teología de la liberación, del diálogo interreligioso, de las revoluciones científicas, del pensamiento crítico en la Iglesia católica, etcétera. Si Juan XXIII pasó "del anatema al diálogo", los dos últimos papas han hecho el camino inverso: del diálogo al anatema.
El Vaticano II llevó a cabo una revolución copernicana en la concepción de la Iglesia al definirla como comunidad cristiana y no como sociedad desigual, según la expresión de algunos papas, y al poner el pueblo de Dios por delante de la jerarquía, no sin un fuerte enfrentamiento entre el ala episcopal conservadora y el ala reformadora. Aquí el orden de factores sí alteraba el producto. Primero se hablaba de lo que era común a todos los creyentes; después, de los diferentes ministerios de la comunidad entendidos como servicio, no como poder. Eso comportaba un cambio en las relaciones entre los cristianos, más simétricas, igualitarias y fraternas.
ESTA NUEVA situación es la "Iglesia de los pobres", expresión acuñada por Juan XXIII en un memorable discurso: "La Iglesia se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres". La opción por los pobres se hizo realidad en las iglesias del tercer mundo. Juan Pablo II y Benedicto XVI intentaron decapitarla con denuncias contra sus principales cultivadores, aunque no lo consiguieron. La teología de la liberación sigue viva y activa.
El Vaticano II es un legado que no puede mitificarse, pero tampoco olvidarse en un rincón, sino que ha de activarse, reformularse y recrearse en los nuevos climas culturales. Un legado que puede mantener viva la utopía de que otro cristianismo es posible.
*Director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.
El Vaticano II, tumba de la cristiandad. Juan José Tamayo, teólogo
Si Juan XXIII pasó "del anatema al diálogo", los dos últimos papas han hecho el camino inverso
Lunes 8 de diciembre de 2008, por Juan Cejudo (actualizado el 23 de julio de 2009)
Fuente: El Periódico
La figura de Juan XXIII, de cuya elección papal hemos celebrado recientemente el 50° aniversario, está indisociablemente unida al Concilio Vaticano II, inaugurado el 11 de octubre de 1962 y clausurado en Roma, el 8 de diciembre de 1965.
Fue un concilio que venía a corregir el rumbo contrarreformista y contrarrevolucionario de los dos concilios anteriores: el de Trento (1545-1563), que condenó la Reforma protestante, y el Vaticano I (1870), que proclamó el dogma de la infalibilidad del Papa.
Fue, sin duda, uno de los acontecimientos sociorreligiosos más importantes del siglo XX por sus repercusiones no solo en el terreno religioso, sino también en el cultural, político y social, en plena sintonía con las transformaciones producidas durante aquella década de alta temperatura utópica en la esfera internacional.
El cuarto de hora de locura de Juan XXIII, como algunos calificaron su decisión de convocar aquel concilio, fue en realidad un huracán que derribó los muros de incomunicación de la Iglesia católica con el mundo moderno. Juan XXIII solo pudo asistir a la primera sesión (de octubre a diciembre de 1962), pero su talante humanista y su espíritu reformador estuvieron presentes en las cuatro sesiones celebradas.
El Vaticano II marca el final de la cristiandad triunfante, considerada consustancial a la Iglesia católica, cuando fue una de sus más graves patologías y desviaciones del proyecto originario de Jesús de Nazaret.
Con él tocaban a su fin el absolutismo eclesiástico y las multiseculares alianzas entre el trono y el altar, en nuestro caso, entre la Iglesia católica española y la dictadura del general Franco, legitimada por Pío XII con la firma del Concordato de 1953, pero cuestionada por sus sucesores Juan XXIII y Pablo VI, críticos severos del franquismo. En expresión feliz del teólogo español José María González Ruiz, el Vaticano II se convirtió en la "tumba de la cristiandad".
Los obispos de todo el mundo reunidos en el concilio hicieron una valoración positiva, y en clave emancipatoria, del fenómeno de la secularización en todos los campos del ser, del saber y del quehacer humano, que venía gestándose en Europa desde el Renacimiento, corrigiendo las condenas de los papas anteriores. Pío IX afirmaba en el Syllabus, en 1864, que la Iglesia no podía reconciliarse con el progreso, y declaraba anatema a quien defendiera dicha reconciliación.
JUSTO UN SIGLO después, el Vaticano II defendía, en el mismo lugar, la autonomía de las realidades temporales y los avances de la civilización moderna, si bien críticamente, llamando la atención sobre las abismales desigualdades y asimetrías entre pueblos ricos y pueblos pobres. Durante los dos últimos pontificados se ha producido el proceso inverso: hemos pasado de la secularización a la confesionalización. Un ejemplo doméstico es la defensa de los símbolos cristianos en la escuela pública por parte de la jerarquía católica.
El concilio quiso poner fin a una larga etapa de anatemas y condenas contra la modernidad y abrir un camino para un diálogo en varias direcciones: con la increencia (ateísmo, agnosticismo e indiferencia religiosa); con el pensamiento crítico, que se incorporaba a la reflexión teológica; con las iglesias cristianas no católicas, con las que inició un fecundo proceso de aproximación; con las religiones no cristianas, a las que reconocía como caminos de salvación.
Pero con Juan Pablo II y Benedicto XVI han vuelto los anatemas y las condenas de las religiones, de la modernidad, de la teología de la liberación, del diálogo interreligioso, de las revoluciones científicas, del pensamiento crítico en la Iglesia católica, etcétera. Si Juan XXIII pasó "del anatema al diálogo", los dos últimos papas han hecho el camino inverso: del diálogo al anatema.
El Vaticano II llevó a cabo una revolución copernicana en la concepción de la Iglesia al definirla como comunidad cristiana y no como sociedad desigual, según la expresión de algunos papas, y al poner el pueblo de Dios por delante de la jerarquía, no sin un fuerte enfrentamiento entre el ala episcopal conservadora y el ala reformadora. Aquí el orden de factores sí alteraba el producto. Primero se hablaba de lo que era común a todos los creyentes; después, de los diferentes ministerios de la comunidad entendidos como servicio, no como poder. Eso comportaba un cambio en las relaciones entre los cristianos, más simétricas, igualitarias y fraternas.
ESTA NUEVA situación es la "Iglesia de los pobres", expresión acuñada por Juan XXIII en un memorable discurso: "La Iglesia se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres". La opción por los pobres se hizo realidad en las iglesias del tercer mundo. Juan Pablo II y Benedicto XVI intentaron decapitarla con denuncias contra sus principales cultivadores, aunque no lo consiguieron. La teología de la liberación sigue viva y activa.
El Vaticano II es un legado que no puede mitificarse, pero tampoco olvidarse en un rincón, sino que ha de activarse, reformularse y recrearse en los nuevos climas culturales. Un legado que puede mantener viva la utopía de que otro cristianismo es posible.
*Director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.
Almanzor- Cantidad de envíos : 849
Fecha de inscripción : 09/07/2009
Localización : La Mancha
Re: Teologos críticos con el Vaticano
Toya escribió:Almanzor escribió:juassssssssssssss cómo pican las verdades......y esto no es nada...ya iran saliendo mas cosas..........
jajja, a mi no me pica nada, voy a cobrar lo mismo este mes, pero me hace gracia ver que lo has copiado de google, porque yo lohe leido esta mañana, tienes todavia varias paginas enteras para deleitar añpersonal con tu obsesion.
Y repito, por que lo sé, lo de Toledo es mentira.
tu tranquila, que ya iré pegando páginas...mientras haya alguien como tu que conteste yo voy a seguir....HAY QUE INFORMAR AL PERSONAL DE LA HIPOCRESIA DEL VATICANO , aunque sea utilizando el google...
tu no te preocupes de mis obsesiones..preocupate de las tuyas...cada palo que aguante su vela, ajajajajajaja
Almanzor- Cantidad de envíos : 849
Fecha de inscripción : 09/07/2009
Localización : La Mancha
Re: Teologos críticos con el Vaticano
No si tranquila estoy, aburrida un poco, pero si es por contestar, no problem, lo hacia por educación, tranquilo, hasta aqui llegaron las aguas, alguno encontraras que le apetezca mas de lo mismo.
Toya- Cantidad de envíos : 1500
Fecha de inscripción : 21/05/2009
Localización : ALICANTE
Re: Teologos críticos con el Vaticano
Si claro, todo en esta vida no va a ser alabar a dios y al papa...en la variedad está el gusto....
Almanzor- Cantidad de envíos : 849
Fecha de inscripción : 09/07/2009
Localización : La Mancha
Re: Teologos críticos con el Vaticano
no entiendo k hay de malo en que la iglesia intente tener un capital y producir, para poder atender sus misiones y demás. Por otro lado nadie tiene k ser pobre. La misión de la iglesia es llevar su mensaje de jesús, y ayudar economicamente a pobres de todo el planeta, que me consta que lo hacen. Si ganan 1000 euros, y dan 500, y con los otros 500 tienen calefacción, por poner un ejemplo, pues derecho tienen....
Re: Teologos críticos con el Vaticano
Camila escribió:. La misión de la iglesia es llevar su mensaje de jesús,
ese es el problema de la iglesia, que no cumple con el mensaje de jesús, suponiendo que jesús diera algún mensaje..o suponiendo que lo que está escrito en la biblia lo dijera jesus....
donde dijo jesús que habia quecrear una sociedad inquisitorial y que en su nombre podian a asesinar a millones de personas si no acataban los mandamientos????
donde dijo jesús que su iglesia estuviera llena de mercaderes y que se vistiera y recubrieran de oro a los apostoles y las virgenes...y el papa se paseara en aviones privados por todo el mundo para decir tonterias en el pleno sglo XXI...como lo que ha dicho en Africa del preservativo...???
donde dijo jesús que la iglesia debia apoyar a los gobiernos fascistas o nazis. como lo hizo aqui en españa con franco en alemania con hitler???
y donde dijo jesús que habia que evagelizar a los indigenas del mundo.y el que no quisiera por las buens lo haría por las malas??? y cómo la iglelsia hacia la vista gorda cuando se exterminaba a indigenas en america..durante 500 años...y aun hoy en dia obispos de Perú aplauden los asesinatos de indigenas como los recientemente ocurridos por el fascista Alan García, para arrebatarles las tierras de la selva peruana a los indigenas que durante cientos de años han vivido en ella?????
y donde dijo que jesus, quesu iglesia fuera cobijo de pederastas...protegidos por sus jerarquias e impunes a la justicia????
y donde dijo jesus, que dentro de su glesia hubiera sectas sotánicas,cuyos objetivos primordiales es el fanatismo religioso y económico, commo esel caso del opus dei?????
Y paro...que si no no paro.....con esto no critico a los creyentes.....lo voy a reptir mil veces...para que la gente no se ofenda
Almanzor- Cantidad de envíos : 849
Fecha de inscripción : 09/07/2009
Localización : La Mancha
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» El Vaticano recomienda a Bob Dylan
» Interceptan un vehículo diplomático del Vaticano con cuatro kilos cocaína
» Interceptan un vehículo diplomático del Vaticano con cuatro kilos cocaína
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.