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Monedas de España por Agusbal
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Monedas de España por Agusbal
Recuerdo del primer mensaje :
La acuñación de moneda en la península Ibérica se remonta al siglo III a. C.
La universal utilización y demanda de monedas de oro y plata se debe a
que satisfacían las necesidades de un sistema monetario práctico mejor
que cualquier otro artículo. Estos metales preciosos, limitados y con
altos costes de extracción, siempre tuvieron una elevada equivalencia en
mercancías. Para su mejor conservación comenzaron a hacerse aleaciones
con otros metales. Junto a las monedas de oro o plata se desarrollaron
las de metal vil, como el cobre, cuya aleación con plata recibirá el
nombre de vellón. El vellón era una moneda cuya validez se limitaba, en
principio, al territorio en que era acuñado. Entre diversos países se
utilizaba exclusivamente la moneda de oro o plata, lo mismo que ocurría,
dentro de un mismo reino o territorio, cuando se trataba de cantidades
importantes. Las monedas de vellón dominaban en cambio las transacciones
pequeñas, que eran las habituales entre la población.
Desde la baja edad media, con los comienzos del capitalismo, comenzaron a
utilizarse medios de pago no monetarios, como las letras de cambio, que
en las grandes transacciones mercantiles evitaban el transporte
continuo de oro o plata y los riesgos relacionados con el mismo.
Durante la alta edad media, y debido a su economía principalmente
autárquica, apenas hubo circulación monetaria. La evolución hacia una
economía de carácter comercial permitió el desarrollo de los
intercambios, lo que exigió una mayor acuñación de metales preciosos.
Durante los siglos VIII y IX la circulación monetaria fue escasa. Los
reyes asturleoneses no hicieron acuñaciones propias y en los condados
catalanes se adoptó el sistema monetario Carolingio basado en la plata. A
partir del siglo XI, el desarrollo económico que se produjo en los
reinos cristianos peninsulares, al igual que ocurrió en toda Europa,
permitió un incremento de las actividades comerciales y la utilización
de la moneda como medio de pago comenzó a ser habitual. Además, la
sustitución del Califato de Córdoba en 1031 por los reinos de taifas
facilitó a los reinos cristianos un sistema de explotación financiera
basado en las parias, tributos que pagaban los musulmanes en moneda de
oro (dinares o metcales) y de plata (dirhemes). A partir de este momento todos los príncipes hispanocristianos comenzaron a acuñar moneda propia.
Abad al-Motadid. Al Andalus. Fracción de dinar.
Abdallah al-Mortada. (Medina) Mallorca. Dirhem.
En Castilla y León el sistema monetario utilizado se inspiró en el de
Al-Andalus. Alfonso VI fue quizás el primer rey que acuñó moneda propia.
Este monarca fundó una ceca o casa de la moneda en Toledo y otra en
León, donde se acuñaba moneda regis o denarios regis y moneda de vellón
acuñada con la plata procedente de las parias musulmanas mezclada con
una cierta cantidad de cobre. Sin embargo, durante este reinado
circularon también los dirhemes (moneda musulmana). Aunque la acuñación
de moneda era un derecho regio, algunos grandes señores como el obispo
de Santiago, Diego Gelmírez, obtuvieron por privilegio del rey en 1107
el derecho de acuñación.
DinerosA partir de la cuarta década del siglo XII el papel del oro almorávide
fue decisivo. El sistema monetario musulmán, basado en el oro, fue el
que se adoptó en Castilla y León, donde el dinar almorávide fue la base
del sistema monetario cristiano. Fue Alfonso VIII quien a partir de 1172
acuñó la primera moneda de oro autóctona castellana, el maravedí de
oro, que imitaba los dinares almorávides. También durante el siglo XII
continuó la acuñación de dineros de vellón.
Durante el siglo XIII, el maravedí de oro dejó de acuñarse y fue
Fernando III quien difundió una nueva moneda de oro, la dobla o
castellano, basado en el dinar acuñado por los almohades. A partir de
este momento la dobla fue la pieza básica del sistema castellano. Esta
moneda se acuñó abundantemente durante los siglos XIV y XV con una
calidad excelente, llegando a equivaler en 1480 a cuatrocientos ochenta
maravedíes. Por su parte, desde el siglo XIII los intercambios menores
se realizaron con moneda de vellón o con monedas acuñadas en plata. Con
este último metal Alfonso VIII acuñó pepiones y Fernando III los
llamados 'dineros burgaleses'. Alfonso X el Sabio, en un intento de
mejorar su situación financiera, acuñó en plata el 'maravedí blanco' y
en vellón los llamados 'dineros prietos' y 'dineros alfonsíes'. Pedro I
intentó convertir la plata en patrón del sistema monetario y acuñó el
'real'. Enrique III emitió la 'blanca', moneda de vellón de la que
existieron numerosas variantes.
Gran dobla o dobla de a diez de Pedro I de Castilla, acuñada en Sevilla en 1360 (M.A.N., Madrid)En definitiva, durante los siglos XIII y XIV no hubo escasez de metales
preciosos, aunque ello no impidió una inestabilidad monetaria, sobre
todo entre 1252 y 1286 a consecuencia de la conquista andaluza, lo que
provoco fuertes devaluaciones monetarias. Desde 1350 hasta los Reyes
Católicos, el sistema monetario en la Corona de Castilla se basó en las
doblas (oro), reales (plata) y las diversas monedas de vellón.
Monedas de España
La acuñación de moneda en la península Ibérica se remonta al siglo III a. C.
La universal utilización y demanda de monedas de oro y plata se debe a
que satisfacían las necesidades de un sistema monetario práctico mejor
que cualquier otro artículo. Estos metales preciosos, limitados y con
altos costes de extracción, siempre tuvieron una elevada equivalencia en
mercancías. Para su mejor conservación comenzaron a hacerse aleaciones
con otros metales. Junto a las monedas de oro o plata se desarrollaron
las de metal vil, como el cobre, cuya aleación con plata recibirá el
nombre de vellón. El vellón era una moneda cuya validez se limitaba, en
principio, al territorio en que era acuñado. Entre diversos países se
utilizaba exclusivamente la moneda de oro o plata, lo mismo que ocurría,
dentro de un mismo reino o territorio, cuando se trataba de cantidades
importantes. Las monedas de vellón dominaban en cambio las transacciones
pequeñas, que eran las habituales entre la población.
Desde la baja edad media, con los comienzos del capitalismo, comenzaron a
utilizarse medios de pago no monetarios, como las letras de cambio, que
en las grandes transacciones mercantiles evitaban el transporte
continuo de oro o plata y los riesgos relacionados con el mismo.
Durante la alta edad media, y debido a su economía principalmente
autárquica, apenas hubo circulación monetaria. La evolución hacia una
economía de carácter comercial permitió el desarrollo de los
intercambios, lo que exigió una mayor acuñación de metales preciosos.
Durante los siglos VIII y IX la circulación monetaria fue escasa. Los
reyes asturleoneses no hicieron acuñaciones propias y en los condados
catalanes se adoptó el sistema monetario Carolingio basado en la plata. A
partir del siglo XI, el desarrollo económico que se produjo en los
reinos cristianos peninsulares, al igual que ocurrió en toda Europa,
permitió un incremento de las actividades comerciales y la utilización
de la moneda como medio de pago comenzó a ser habitual. Además, la
sustitución del Califato de Córdoba en 1031 por los reinos de taifas
facilitó a los reinos cristianos un sistema de explotación financiera
basado en las parias, tributos que pagaban los musulmanes en moneda de
oro (dinares o metcales) y de plata (dirhemes). A partir de este momento todos los príncipes hispanocristianos comenzaron a acuñar moneda propia.
Abad al-Motadid. Al Andalus. Fracción de dinar.
Abdallah al-Mortada. (Medina) Mallorca. Dirhem.
En Castilla y León el sistema monetario utilizado se inspiró en el de
Al-Andalus. Alfonso VI fue quizás el primer rey que acuñó moneda propia.
Este monarca fundó una ceca o casa de la moneda en Toledo y otra en
León, donde se acuñaba moneda regis o denarios regis y moneda de vellón
acuñada con la plata procedente de las parias musulmanas mezclada con
una cierta cantidad de cobre. Sin embargo, durante este reinado
circularon también los dirhemes (moneda musulmana). Aunque la acuñación
de moneda era un derecho regio, algunos grandes señores como el obispo
de Santiago, Diego Gelmírez, obtuvieron por privilegio del rey en 1107
el derecho de acuñación.
Dineros
fue decisivo. El sistema monetario musulmán, basado en el oro, fue el
que se adoptó en Castilla y León, donde el dinar almorávide fue la base
del sistema monetario cristiano. Fue Alfonso VIII quien a partir de 1172
acuñó la primera moneda de oro autóctona castellana, el maravedí de
oro, que imitaba los dinares almorávides. También durante el siglo XII
continuó la acuñación de dineros de vellón.
Durante el siglo XIII, el maravedí de oro dejó de acuñarse y fue
Fernando III quien difundió una nueva moneda de oro, la dobla o
castellano, basado en el dinar acuñado por los almohades. A partir de
este momento la dobla fue la pieza básica del sistema castellano. Esta
moneda se acuñó abundantemente durante los siglos XIV y XV con una
calidad excelente, llegando a equivaler en 1480 a cuatrocientos ochenta
maravedíes. Por su parte, desde el siglo XIII los intercambios menores
se realizaron con moneda de vellón o con monedas acuñadas en plata. Con
este último metal Alfonso VIII acuñó pepiones y Fernando III los
llamados 'dineros burgaleses'. Alfonso X el Sabio, en un intento de
mejorar su situación financiera, acuñó en plata el 'maravedí blanco' y
en vellón los llamados 'dineros prietos' y 'dineros alfonsíes'. Pedro I
intentó convertir la plata en patrón del sistema monetario y acuñó el
'real'. Enrique III emitió la 'blanca', moneda de vellón de la que
existieron numerosas variantes.
Gran dobla o dobla de a diez de Pedro I de Castilla, acuñada en Sevilla en 1360 (M.A.N., Madrid)
preciosos, aunque ello no impidió una inestabilidad monetaria, sobre
todo entre 1252 y 1286 a consecuencia de la conquista andaluza, lo que
provoco fuertes devaluaciones monetarias. Desde 1350 hasta los Reyes
Católicos, el sistema monetario en la Corona de Castilla se basó en las
doblas (oro), reales (plata) y las diversas monedas de vellón.
Última edición por satanas666 el Miér 21 Ene 2015, 9:20 pm, editado 2 veces
Re: Monedas de España por Agusbal
“Deslindáronse, pues, los campos, y donde antes no había más que una
moneda, nacieron dos comunidades de pagos distintas, dos pesetas
diferentes, dos cambios exteriores dispares y dos poderes adquisitivos
internos en completa divergencia”. Así explicaba José Larraz la quiebra
de la unidad monetaria nacional durante la guerra civil, en el preámbulo
de la Ley de bloqueo del 13 de octubre de 1938, concebida e impulsada
desde el Servicio de Estudios del Banco de España
en el bando franquista. Como no podía ser de otro modo, la fractura
escindió las instituciones vinculadas a la política monetaria. Dos casas
de la moneda combatieron entre sí, dos Bancos de España
compitieron en el extranjero por la captación de recursos. Al poco
tiempo de empezar la guerra, cada bando negó validez a la moneda del
otro.
Los franquistas rechazaron los billetes emitidos por la República
después del 18 de julio, y marcaron con un sello los anteriores a dicha
fecha; los republicanos, a su vez, prohibieron la tenencia de billetes
sellados o emitidos por el Gobierno de Burgos. Y si las dos monedas
enfrentadas apenas tenían que ver una con otra, ninguna de las dos
recordaba, salvo en el nombre, a la peseta nacida en 1868. El sistema
monetario bimetálico instaurado en el Sexenio Democrático, que ya había
recibido un duro golpe con la suspensión de las acuñaciones de oro a
principios del siglo XX, naufragó en medio del conflicto. La moneda de
plata desapareció de la circulación, fue oficialmente proscrita en el
bando republicano en febrero de 1938 y en la España
franquista al acabar la guerra. También se esfumaron las piezas de
bronce, muchas de ellas refundidas para fabricar municiones; otros
materiales, como el hierro o el cartón, se erigieron en soportes
monetarios. Pero, por encima de todo, el papel remplazó al metal, pues,
como observaba Julio Carabias, quien fuera gobernador del Banco de España
en 1931, “todas las guerras civiles se han costeado con papel moneda...
supremo recurso financiero de las revoluciones”. La peseta, sentenció
Carabias, “era, simplemente, un instrumento de cambio manipulado por los
conductores de la guerra y al servicio de ella”.
porque una pieza de cobre o níquel representaba en el fondo un ‘capital
efectivo’ frente al simple papel impreso”. Así recordaba el novelista
Stefan Zweig los efectos de la Primera Guerra Mundial y de la larga
posguerra sobre la economía de Austria. Cuando los austriacos atesoraron
la moneda metálica, el Estado no supo -o no pudo- reaccionar y fueron
los ayuntamientos y otras instituciones locales quienes cubrieron el
vacío. “Cada ciudad, pueblo o villa -prosigue Zweig- empezó a imprimir
su propia ‘moneda provisional’, que era rechazada ya en el pueblo
vecino”. Zweig describe un panorama similar al que vivió la República
Española durante la guerra civil, común también al de otras economías de
guerra a lo largo de la historia. A la espera de tiempos mejores la población ocultó la moneda metálica
y el Estado republicano, resquebrajado tras la sublevación militar, fue
incapaz de reaccionar. Y un sinfín de comunidades locales, desde
municipios o instituciones regionales hasta sindicatos y partidos,
pasando por pequeños comerciantes o empresas colectivizadas, emitieron
su propia moneda, la mayoría de las veces en papel pero también en
metales innobles como el latón o el cinc. El caos se adueñó de todas las
operaciones que requerían el uso del dinero, y si en un primer momento
la moneda se volatilizó, a finales de 1937 más de 2.000 organizaciones
diferentes, sin contar entre ellas a los comerciantes, habían emitido
cerca de 7.000 tipos distintos de billetes.
Todo este desconcierto ocurrió mientras el Estado republicano trataba de
reorganizar los organismos encargados de velar por el control de la
política monetaria y el suministro de monedas y billetes: el Banco de España
y la Casa de la Moneda, afectados ambos por el traslado de las
dependencias estatales de Madrid a Valencia y a Barcelona y por la
escasez de materiales y recursos.
moneda, nacieron dos comunidades de pagos distintas, dos pesetas
diferentes, dos cambios exteriores dispares y dos poderes adquisitivos
internos en completa divergencia”. Así explicaba José Larraz la quiebra
de la unidad monetaria nacional durante la guerra civil, en el preámbulo
de la Ley de bloqueo del 13 de octubre de 1938, concebida e impulsada
desde el Servicio de Estudios del Banco de España
en el bando franquista. Como no podía ser de otro modo, la fractura
escindió las instituciones vinculadas a la política monetaria. Dos casas
de la moneda combatieron entre sí, dos Bancos de España
compitieron en el extranjero por la captación de recursos. Al poco
tiempo de empezar la guerra, cada bando negó validez a la moneda del
otro.
Los franquistas rechazaron los billetes emitidos por la República
después del 18 de julio, y marcaron con un sello los anteriores a dicha
fecha; los republicanos, a su vez, prohibieron la tenencia de billetes
sellados o emitidos por el Gobierno de Burgos. Y si las dos monedas
enfrentadas apenas tenían que ver una con otra, ninguna de las dos
recordaba, salvo en el nombre, a la peseta nacida en 1868. El sistema
monetario bimetálico instaurado en el Sexenio Democrático, que ya había
recibido un duro golpe con la suspensión de las acuñaciones de oro a
principios del siglo XX, naufragó en medio del conflicto. La moneda de
plata desapareció de la circulación, fue oficialmente proscrita en el
bando republicano en febrero de 1938 y en la España
franquista al acabar la guerra. También se esfumaron las piezas de
bronce, muchas de ellas refundidas para fabricar municiones; otros
materiales, como el hierro o el cartón, se erigieron en soportes
monetarios. Pero, por encima de todo, el papel remplazó al metal, pues,
como observaba Julio Carabias, quien fuera gobernador del Banco de España
en 1931, “todas las guerras civiles se han costeado con papel moneda...
supremo recurso financiero de las revoluciones”. La peseta, sentenció
Carabias, “era, simplemente, un instrumento de cambio manipulado por los
conductores de la guerra y al servicio de ella”.
LA PESETA REPUBLICANA
“La primera señal de desconfianza por parte de los ciudadanos fue la desaparición de las monedas,porque una pieza de cobre o níquel representaba en el fondo un ‘capital
efectivo’ frente al simple papel impreso”. Así recordaba el novelista
Stefan Zweig los efectos de la Primera Guerra Mundial y de la larga
posguerra sobre la economía de Austria. Cuando los austriacos atesoraron
la moneda metálica, el Estado no supo -o no pudo- reaccionar y fueron
los ayuntamientos y otras instituciones locales quienes cubrieron el
vacío. “Cada ciudad, pueblo o villa -prosigue Zweig- empezó a imprimir
su propia ‘moneda provisional’, que era rechazada ya en el pueblo
vecino”. Zweig describe un panorama similar al que vivió la República
Española durante la guerra civil, común también al de otras economías de
guerra a lo largo de la historia. A la espera de tiempos mejores la población ocultó la moneda metálica
y el Estado republicano, resquebrajado tras la sublevación militar, fue
incapaz de reaccionar. Y un sinfín de comunidades locales, desde
municipios o instituciones regionales hasta sindicatos y partidos,
pasando por pequeños comerciantes o empresas colectivizadas, emitieron
su propia moneda, la mayoría de las veces en papel pero también en
metales innobles como el latón o el cinc. El caos se adueñó de todas las
operaciones que requerían el uso del dinero, y si en un primer momento
la moneda se volatilizó, a finales de 1937 más de 2.000 organizaciones
diferentes, sin contar entre ellas a los comerciantes, habían emitido
cerca de 7.000 tipos distintos de billetes.
Todo este desconcierto ocurrió mientras el Estado republicano trataba de
reorganizar los organismos encargados de velar por el control de la
política monetaria y el suministro de monedas y billetes: el Banco de España
y la Casa de la Moneda, afectados ambos por el traslado de las
dependencias estatales de Madrid a Valencia y a Barcelona y por la
escasez de materiales y recursos.
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE NULLES
(TARRAGONA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE NULLES
(TARRAGONA)
- Spoiler:
Las siguientes cinco monedas comparten:
Ceca: Nulles - peso desconocido - año 1937
Anverso: AJUNTAMENT DE NULLES alrededor de 5 / 10 / 25 / 50 CENTIMS y 1 PESSETA respectivamente
Reverso sin acuñar y numero de piezas desconocido
Monedas octogonales
5 Céntimos - Zinc - 22 mm.
50 Céntimos - Latón - 19mm.
Monedas cuadradas
25 Céntimos - Latón - 19mm.
Monedas circulares
10 Céntimos - Latón - 20mm.
1 Pesseta - Latón - 19mm.
Bcm168e
maravedis.net
& fuentes diversas
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Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE OLOT (GERONA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE OLOT (GERONA)
- Spoiler:
10 Céntimos - Hierro - Ceca: Olot - 3.30gr. x 22 mm.< - 1937
Anv: AJUNTAMENT D’OLOT alrededor del escudo de la localidad. (Puede observarse mejor en la foto siguiente)
Rev.: Símbolo del comercio entre 10 - CTS en la parte inferior la fecha 24-IX-1937
15 Céntimos - Hierro - Ceca: Olot - gr. ¿ x 24mm.> - 1937
Anv: AJUNTAMENT D’OLOT alrededor del escudo de la localidad.
Rev.: Fábrica con dos chimeneas lanzando humo, a la derecha el valor 15 CENTIMS y a la izquierda la fecha 24-IX-1937
En la foto puede verse la diferencia entre una replica
y una original. No obstante hay que resaltar el “beneficio” de ciertas
replicas, como el de poder observar los detalles.
El problema con las monedas de 15 céntimos y su desastrosa acuñación
provenía de incompatibilidad entre la dureza de los cuños y el material a
acuñar (hierro).
Las de 10 céntimos al ser de un diámetro menor, quedaron mejor acuñadas
y por ello el número de piezas emitidas fue mayor (25.000). Del intento
con las de 15 céntimos salieron más o menos 100 y todas en muy mal
estado.
Los catálogos advierten sobre las falsificaciones de las emisiones locales de la Guerra Civil.
Bcm171/171a
maravedis.net
& fuentes diversas
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Re: Monedas de España por Agusbal
Una de las primeras consecuencias económicas de la guerra en la España republicana fue el atesoramiento de la moneda metálica. Pasara
lo que pasara, el metal siempre conservaría su valor intrínseco y los
ciudadanos se aprestaron a retenerlo para las emergencias. Primero desaparecieron las monedas
de plata, pero pronto les siguieron las de cupro-níquel y bronce;
muchas de estas últimas acabaron refundidas en las fábricas de
municiones. A la desaparición de la moneda metálica contribuyó en buena
medida un decreto del ministro de Hacienda Juan Negrín, del 13 de
octubre de 1936, que facultó al gobierno para lanzar a la calle
certificados de plata, unos billetes de 5 y 10 pesetas emitidos en 1935
por el Banco de España y el Ministerio de
Hacienda que aún permanecían almacenados en los sótanos del banco. El
gobierno llevaba ya tiempo pensando, argumentaba el preámbulo del
decreto, en retirar “la moneda de plata de la Monarquía, sustituyéndola
por otra cuyo nuevo cuño” que expresara “el ideal republicano”, pero por
el momento se limitaba a lanzar “provisionalmente a la circulación” los
certificados porque la Casa de la Moneda, cuya dirección se había
trasladado a Valencia, no estaba operativa. Más allá de la retórica,
Negrín quería que el Banco de España y el
Estado retuvieran la mayor cantidad posible de moneda de plata y
soltaran a cambio duros de papel. De ahí que dos decretos del 16 de
enero y el 22 de febrero de 1937 ordenaran a los bancos, cajas de ahorro
y dependencias estatales que realizaran en papel todos sus pagos.
Negrín pretendía de este modo acrecentar las reservas de metal a
disposición del gobierno, que estimaba necesarias para financiar la
guerra. En un clima de incertidumbre ante el futuro, cuando el mero
inicio de la contienda incitó al atesoramiento, el papel desplazó al
metal de la circulación; conforme prescribe la Ley de Gresham, el
público conservó las monedas y soltó los
certificados, como demuestra los siguientes datos, que refleja las
compras de moneda de plata por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y
Timbre (FNMT) entre los meses de mayo de 1936 y julio de 1937: al
comenzar la guerra el público retuvo la moneda de plata y los canjes de
viejas piezas en la FNMT, en el primer semestre de 1937, habían caído
entre un 80 y un 90 por 100.
Compras de moneda de plata por parte de la FNMT. Mayo de 1936-Julio de 1937 (Valor en pesetas)
Mayo 1936 - 282,61
Junio 1936 - 103,25
Julio 1936 - 116,40
Septiembre 1936 - 43,58
Enero 1937 - 9,71
Abril 1937 - 14,70
Marzo 1937 - 12,92
Mayo 1937 - 18,68
Junio 1937 - 16,88
Julio 1937 - 21,00
Fuente: Archivo Histórico Nacional, Fondo Contemporáneo, Ministerio de Hacienda, Casa de la Moneda, leg. 7892/
lo que pasara, el metal siempre conservaría su valor intrínseco y los
ciudadanos se aprestaron a retenerlo para las emergencias. Primero desaparecieron las monedas
de plata, pero pronto les siguieron las de cupro-níquel y bronce;
muchas de estas últimas acabaron refundidas en las fábricas de
municiones. A la desaparición de la moneda metálica contribuyó en buena
medida un decreto del ministro de Hacienda Juan Negrín, del 13 de
octubre de 1936, que facultó al gobierno para lanzar a la calle
certificados de plata, unos billetes de 5 y 10 pesetas emitidos en 1935
por el Banco de España y el Ministerio de
Hacienda que aún permanecían almacenados en los sótanos del banco. El
gobierno llevaba ya tiempo pensando, argumentaba el preámbulo del
decreto, en retirar “la moneda de plata de la Monarquía, sustituyéndola
por otra cuyo nuevo cuño” que expresara “el ideal republicano”, pero por
el momento se limitaba a lanzar “provisionalmente a la circulación” los
certificados porque la Casa de la Moneda, cuya dirección se había
trasladado a Valencia, no estaba operativa. Más allá de la retórica,
Negrín quería que el Banco de España y el
Estado retuvieran la mayor cantidad posible de moneda de plata y
soltaran a cambio duros de papel. De ahí que dos decretos del 16 de
enero y el 22 de febrero de 1937 ordenaran a los bancos, cajas de ahorro
y dependencias estatales que realizaran en papel todos sus pagos.
Negrín pretendía de este modo acrecentar las reservas de metal a
disposición del gobierno, que estimaba necesarias para financiar la
guerra. En un clima de incertidumbre ante el futuro, cuando el mero
inicio de la contienda incitó al atesoramiento, el papel desplazó al
metal de la circulación; conforme prescribe la Ley de Gresham, el
público conservó las monedas y soltó los
certificados, como demuestra los siguientes datos, que refleja las
compras de moneda de plata por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y
Timbre (FNMT) entre los meses de mayo de 1936 y julio de 1937: al
comenzar la guerra el público retuvo la moneda de plata y los canjes de
viejas piezas en la FNMT, en el primer semestre de 1937, habían caído
entre un 80 y un 90 por 100.
Compras de moneda de plata por parte de la FNMT. Mayo de 1936-Julio de 1937 (Valor en pesetas)
Mayo 1936 - 282,61
Junio 1936 - 103,25
Julio 1936 - 116,40
Septiembre 1936 - 43,58
Enero 1937 - 9,71
Abril 1937 - 14,70
Marzo 1937 - 12,92
Mayo 1937 - 18,68
Junio 1937 - 16,88
Julio 1937 - 21,00
Fuente: Archivo Histórico Nacional, Fondo Contemporáneo, Ministerio de Hacienda, Casa de la Moneda, leg. 7892/
Re: Monedas de España por Agusbal
Oculta la plata menuda, volatilizada la
calderilla, por debajo de los certificados de plata de cinco pesetas no
circulaba ninguna otra moneda o billete. Soldados, funcionarios y
trabajadores recibían su salario en duros de papel, pero poco podían
consumir con ellos pues ningún establecimiento disponía de moneda
pequeña para devolver el cambio: había dinero, pero apenas se podía
gastar. Sólo se puede percibir la incidencia de este desastre en
la vida cotidiana de la población si se considera que el precio de la
mayoría de los artículos de consumo diario, en 1936, era inferior a
cinco pesetas. Un kilo de pan costaba alrededor de 70 céntimos - igual
que un litro de leche-, un kilo de patatas unos 30 céntimos, el litro de
vino 25, y el de aceite, más caro, cerca de 2 pesetas. Con un duro se
podían obtener cincuenta periódicos, que valían a 10 céntimos cada uno.
El consumo en bares, cafés y tabernas, la compra de tabaco, eran casi
imposibles, pues el precio de un café bordeaba los 20 céntimos y el
paquete de tabaco de picadura oscilaba entre 20 y 50. “Es preciso
terminar con esa angustia que supone tener dinero y no poder adquirir
aquellas cosas que se precisan por falta de moneda fraccionaria” , clamó el diario Mundo Obrero.
Unos versos del escritor libertario Antonio Agraz narran los avatares
de la madre de un miliciano al recibir en Madrid el sueldo de su hijo en
duros de papel. En estilo algo ramplón, el poema -que se titula Traiga usted dinero suelto- cuenta cómo la mujer no puede subir al tranvía porque no tiene moneda suelta, y el tendero le asegura “que no puede vender nada / si en la mano no le llevan / monedas de cobre o plata” . Al final, la madre ruega a su hijo que no le envíe más papel: “mándame perras si quedan… y si no, mándame plata” .
Como el Estado republicano no garantizaba el suministro de moneda,
otras instituciones, o los ciudadanos a título individual, cubrieron el
vacío. La alternativa más sencilla fue el trueque de mercancías, que
facilitó los intercambios básicos entre particulares. Así, productos
como el azúcar, el alcohol o el tabaco se utilizaron como unidad de
cambio.
También algunos municipios, sobre todo en Levante, recurrieron al
trueque. José Miguel Santacreu ha documentado el caso del ayuntamiento
de Elda, que en agosto de 1938 pagó productos agrícolas con el excedente
de zapatos hechos en la ciudad, y el de Orihuela, que hizo lo mismo con
la harina. Pero el trueque sólo era un recurso provisional y pronto
surgieron otras alternativas. Los primeros en promover una moneda que
remplazara a la estatal fueron los comerciantes quienes, a falta de
piezas metálicas con las que dar el cambio al cobrar en duros de papel,
emitieron vales o bonos que sólo eran canjeables en el comercio emisor.
Para los comerciantes no era mal negocio: [/I] “nunca se tuvo clientela
más adicta” [/I], recuerda el numismático Ramón Espuny.
En poco tiempo otros servicios siguieron los pasos al bono del colmado:
las empresas de tranvías y autobuses entregaban el cambio en vales de
papel, los hosteleros saldaban así las vueltas de comidas y cafés, e
igual hacían los economatos de las cooperativas y sindicatos. Y siempre
surgía el mismo problema: como cada vale o bono sólo se podía gastar
allí donde se había emitido, los ciudadanos debían salir a la calle con
el bolsillo repleto de papeles para comprar o para acceder a los
servicios que requería la actividad cotidiana. La situación era
insostenible y conforme arreció la protesta ciudadana, municipios,
comités políticos y otras entidades locales llenaron el vacío dejado por
el Estado y acuñaron su propia moneda divisionaria. A finales de 1937
más de 2.000 organizaciones diferentes habían emitido cerca de 7.000
billetes y medio centenar de monedas metálicas.
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
CONSEJO MUNICIPAL DE SEGARRA DE GAIA
(TARRAGONA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
CONSEJO MUNICIPAL DE SEGARRA DE GAIA
(TARRAGONA)
- Spoiler:
1 Peseta - Níquel (arriba) y Cobre (izquierda)
Cecas: Segarra de Gaia - 24 mm. - 1937
Leyenda en ambos anversos:
CONSELL MUNICIPAL SEGARRA DE GAIA alrededor de 1 PESSETA y las barras de Cataluña en un círculo.
Abajo
1 Peseta - Latón - 30 mm. - 1937
Anv: C M SEGARRA DE GAIA, número de serie (4790), 1 Pta.
Nota: Todos los reversos sin acuñar. Cantidad de acuñaciones desconocida
Bcm172
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Re: Monedas de España por Agusbal
Sin incluir los vales expedidos por los comercios, fueron muchas las
instituciones locales que imprimieron billetes o acuñaron moneda
metálica: organismos regionales, municipios, sindicatos, colectividades
obreras, unidades militares, cooperativas, empresas industriales...
Algunas emisiones comenzaron tras la rebelión del 18 de julio, pero la
mayoría - como ha documentado Antoni Turró en Cataluña- son de 1937. Más
de la mitad de los billetes locales proceden de territorio catalán:
Turró contabilizó cerca de 3.384 diferentes, pero si se añaden las
numerosas variantes de cada uno podrían rondar los 10.000. La crisis de
la moneda estatal explica en primera instancia la proliferación de
billetes. Las entidades locales pretendían remplazar a las monedas
de plata de 1 peseta y 50 céntimos, y al níquel de 25 céntimos, pues
apenas hubo billetes que sustituyeran a la calderilla de 1, 2, 5 y 10
céntimos. Debió generalizarse, por lo tanto, el redondeo de precios,
favorecido por la creciente inflación.
Las monedas y billetes de los
ayuntamientos sólo tenían validez dentro del término municipal, y esto
-de rebote- restaba eficacia liberatoria a los billetes estatales, lo
que cuestionaba una vez más la integridad del Estado. Si,
por ejemplo, un viajero partía de Madrid camino de Barcelona,
difícilmente podría gastar su dinero estatal en un municipio del camino
salvo que aceptara recibir en los cambios billetes que perderían su
valor al abandonar la localidad, o se resignara a pasar por los enojosos
trámites de intercambio de moneda. Para recuperar dinero
válido en todo el Estado, el viajero debía acudir a la entidad emisora
-el banco local, el ayuntamiento, el sindicato- e intercambiar allí los
billetes locales por otros del Ministerio de Hacienda o el Banco de España. Antes debía exhibir su salvoconducto,
un documento oficial exigido durante la guerra a todos los transeúntes,
emitido en el lugar de residencia, y en el que se acreditaban datos
personales, procedencia, destino y motivo del viaje.
El colapso de la moneda estatal, empero, no basta para comprender la
profusión de emisiones locales: como en casi todos los fenómenos
relacionados con la moneda, economía y política fueron de la mano. La
fragmentación del poder que siguió a la quiebra del Estado republicano
confirió un nuevo protagonismo a las instituciones locales. Controlados
por sindicatos y partidos obreros, los municipios de la revolución,
viéndose soberanos, quisieron emitir su propia moneda. O ejercieron su
soberanía monetaria aboliendo el dinero, como ocurrió en algunas
colectividades anarquistas, sobre todo al principio de la guerra y en
especial donde habían desaparecido casi por completo las estructuras
político administrativas del Estado. “El aspecto más destacado del régimen anarquista de Castro del Río”, escribía Frank Borkenau en septiembre de 1936, “es la abolición del dinero” . Y Julio Carabias recordaba en 1946 el caso de un pueblecito de Levante cuya
“noción de la doctrina colectivista le decía que el dinero es el factor
determinante de todas las injusticias humanas, y resolvió proscribir el
uso de la moneda” . Durante unos días funcionó el trueque entre sus habitantes, pero llegado “el momento de establecer contacto con los mercados circunvecinos” el pueblo rectificó.
instituciones locales que imprimieron billetes o acuñaron moneda
metálica: organismos regionales, municipios, sindicatos, colectividades
obreras, unidades militares, cooperativas, empresas industriales...
Algunas emisiones comenzaron tras la rebelión del 18 de julio, pero la
mayoría - como ha documentado Antoni Turró en Cataluña- son de 1937. Más
de la mitad de los billetes locales proceden de territorio catalán:
Turró contabilizó cerca de 3.384 diferentes, pero si se añaden las
numerosas variantes de cada uno podrían rondar los 10.000. La crisis de
la moneda estatal explica en primera instancia la proliferación de
billetes. Las entidades locales pretendían remplazar a las monedas
de plata de 1 peseta y 50 céntimos, y al níquel de 25 céntimos, pues
apenas hubo billetes que sustituyeran a la calderilla de 1, 2, 5 y 10
céntimos. Debió generalizarse, por lo tanto, el redondeo de precios,
favorecido por la creciente inflación.
Las monedas y billetes de los
ayuntamientos sólo tenían validez dentro del término municipal, y esto
-de rebote- restaba eficacia liberatoria a los billetes estatales, lo
que cuestionaba una vez más la integridad del Estado. Si,
por ejemplo, un viajero partía de Madrid camino de Barcelona,
difícilmente podría gastar su dinero estatal en un municipio del camino
salvo que aceptara recibir en los cambios billetes que perderían su
valor al abandonar la localidad, o se resignara a pasar por los enojosos
trámites de intercambio de moneda. Para recuperar dinero
válido en todo el Estado, el viajero debía acudir a la entidad emisora
-el banco local, el ayuntamiento, el sindicato- e intercambiar allí los
billetes locales por otros del Ministerio de Hacienda o el Banco de España. Antes debía exhibir su salvoconducto,
un documento oficial exigido durante la guerra a todos los transeúntes,
emitido en el lugar de residencia, y en el que se acreditaban datos
personales, procedencia, destino y motivo del viaje.
El colapso de la moneda estatal, empero, no basta para comprender la
profusión de emisiones locales: como en casi todos los fenómenos
relacionados con la moneda, economía y política fueron de la mano. La
fragmentación del poder que siguió a la quiebra del Estado republicano
confirió un nuevo protagonismo a las instituciones locales. Controlados
por sindicatos y partidos obreros, los municipios de la revolución,
viéndose soberanos, quisieron emitir su propia moneda. O ejercieron su
soberanía monetaria aboliendo el dinero, como ocurrió en algunas
colectividades anarquistas, sobre todo al principio de la guerra y en
especial donde habían desaparecido casi por completo las estructuras
político administrativas del Estado. “El aspecto más destacado del régimen anarquista de Castro del Río”, escribía Frank Borkenau en septiembre de 1936, “es la abolición del dinero” . Y Julio Carabias recordaba en 1946 el caso de un pueblecito de Levante cuya
“noción de la doctrina colectivista le decía que el dinero es el factor
determinante de todas las injusticias humanas, y resolvió proscribir el
uso de la moneda” . Durante unos días funcionó el trueque entre sus habitantes, pero llegado “el momento de establecer contacto con los mercados circunvecinos” el pueblo rectificó.
Re: Monedas de España por Agusbal
En todo caso, como ha señalado Walter Bernecker, la abolición no fue
resultado de una reflexión teórica vinculada al curso de la política
monetaria, sino más bien un suceso espontáneo, de naturaleza moral, “guiado por la intención de eliminar las injusticias y los perjuicios sociales derivados” del dinero. Por otra parte, pronto los anarquistas renunciaron a esta medida, que Federica Montseny tachó de puro “infantilismo revolucionario” . Ello no impidió que algunos municipios depuraran un sistema monetario al que tildaban de burgués.
Así, por ejemplo, la Comunidad de Trabajadores de la CNT-FAI de Binéfar,
en Huesca, remplazó a la peseta por billetes expresados en unidades y grados -cada unidad se dividía en 100 grados-, y las colectividades de Fatarella, en Cataluña, y de Andorra, en Aragón, por enteros y centavos.
No sólo las colectividades anarquistas emitieron moneda por razones
políticas. Aquellos municipios que habían roto con el pasado quitando de
sus topónimos las palabras vinculadas a la iglesia o a la monarquía
proclamaron el cambio a través de la moneda, eficaz vehículo de
propaganda. Antes de la guerra, en Cataluña 129 municipios tenían nombre
de santo; 112 de estos lo modificaron y casi todos lanzaron billetes.
Sin embargo, no siempre hubo razones estrictamente políticas tras la
emisión de moneda: incluso ayuntamientos con apenas un centenar de
habitantes tuvieron sus propios billetes por mor del sempiterno orgullo
localista, de la imitación entre pueblos vecinos o de la competencia
entre ellos.
en todos los sitios recibieron el mismo nombre. Casi siempre se los
llamó billetes, pero a veces fueron conocidos como bonos, certificados,
fianzas municipales, pagarés, resguardos, vales, valores de cambio...
–la más común-, rectangulares verticales, cuadrados, redondos,
romboides, ovalados, largos y estrechos, de papel fino o de estraza,
pergamino, cartulina, cartón, cuero, madera y, toda una innovación
tecnológica, de plástico. El papel podía ser liso, pautado, rayado o
proceder de cuadernos escolares o de libros de contabilidad. Alguna vez,
incluso, se utilizaron pliegos o cartones impresos: cuenta
Ramón Espuny que en Besora estamparon un sello municipal sobre las
tarjetas de visita del cura párroco, partidas por la mitad para hacer
con cada una dos billetes. La mayoría procedían de imprentas
industriales, pero otros eran de fabricación doméstica, escritos a mano o
a máquina de escribir. El aval de la entidad emisora podía consistir en
un sello, estampillado o impreso, o en la rúbrica de las autoridades
responsables. Los billetes solían ir respaldados por un depósito de
moneda legal igual a la cantidad expedida, que podía consistir en
billetes del Estado, o de la Generalitat en el caso catalán, y que se
guardaba en algún banco o en la caja de seguridad del ayuntamiento.
ejemplares cuyo estilo se aproxima a las técnicas del cartelismo, arte
en boga durante la guerra; en ellos los autores experimentaron con las
nuevas corrientes artísticas y algunos resultan de una gran belleza. Los
motivos oscilaban desde la simple cifra de su valor sobre fondo blanco
–los más elementales-, hasta alegorías del trabajo agrícola o
industrial, pasando por los planos y vistas de las localidades emisoras,
o los retratos de hombres ilustres: Joaquín Costa se asomó a los
billetes de Hijar o Azaña a los de Orihuela. Asimismo, proliferaron las
referencias a la República, a la revolución y a la guerra. Por último,
algunos ayuntamientos emitieron moneda metálica. Fue el caso de Menorca,
la única de las Islas Baleares en manos de la República, que fabricó
cinco piezas de latón cuyos valores iban desde los 5 céntimos hasta las
2,50 pesetas. También acuñaron metal Arenys de Mar y L´Ametllá de
Valles, en la provincia de Barcelona; Nulles, en Tarragona y Olot y
Segarra de Gaia, en Tarragona, e Ibi, en Alicante. Emplearon, al menos,
seis materiales: níquel, latón, aluminio, cobre, bronce y zinc.
resultado de una reflexión teórica vinculada al curso de la política
monetaria, sino más bien un suceso espontáneo, de naturaleza moral, “guiado por la intención de eliminar las injusticias y los perjuicios sociales derivados” del dinero. Por otra parte, pronto los anarquistas renunciaron a esta medida, que Federica Montseny tachó de puro “infantilismo revolucionario” . Ello no impidió que algunos municipios depuraran un sistema monetario al que tildaban de burgués.
Así, por ejemplo, la Comunidad de Trabajadores de la CNT-FAI de Binéfar,
en Huesca, remplazó a la peseta por billetes expresados en unidades y grados -cada unidad se dividía en 100 grados-, y las colectividades de Fatarella, en Cataluña, y de Andorra, en Aragón, por enteros y centavos.
No sólo las colectividades anarquistas emitieron moneda por razones
políticas. Aquellos municipios que habían roto con el pasado quitando de
sus topónimos las palabras vinculadas a la iglesia o a la monarquía
proclamaron el cambio a través de la moneda, eficaz vehículo de
propaganda. Antes de la guerra, en Cataluña 129 municipios tenían nombre
de santo; 112 de estos lo modificaron y casi todos lanzaron billetes.
Sin embargo, no siempre hubo razones estrictamente políticas tras la
emisión de moneda: incluso ayuntamientos con apenas un centenar de
habitantes tuvieron sus propios billetes por mor del sempiterno orgullo
localista, de la imitación entre pueblos vecinos o de la competencia
entre ellos.
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1 Pesseta. 1 Gener 1937. AJUNTAMENT de LES BORGES BLANQUES Primer tipo sin pie de imprenta (tirada 500)
Los billetes locales se caracterizaron por su variedad. De entrada, no 1 Pesseta. 1 Gener 1937. AJUNTAMENT de LES BORGES BLANQUES Primer tipo sin pie de imprenta (tirada 500)
en todos los sitios recibieron el mismo nombre. Casi siempre se los
llamó billetes, pero a veces fueron conocidos como bonos, certificados,
fianzas municipales, pagarés, resguardos, vales, valores de cambio...
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Vale. Comedores colectivos de Bujaraloz (Zaragoza)
Sello óvalo en violeta C.N.T.-F.A.I. MILICIAS ANTIFASCISTAS BUJARALOZ
También abundaron diversas formas y materiales: rectangulares apaisados Vale. Comedores colectivos de Bujaraloz (Zaragoza)
Sello óvalo en violeta C.N.T.-F.A.I. MILICIAS ANTIFASCISTAS BUJARALOZ
–la más común-, rectangulares verticales, cuadrados, redondos,
romboides, ovalados, largos y estrechos, de papel fino o de estraza,
pergamino, cartulina, cartón, cuero, madera y, toda una innovación
tecnológica, de plástico. El papel podía ser liso, pautado, rayado o
proceder de cuadernos escolares o de libros de contabilidad. Alguna vez,
incluso, se utilizaron pliegos o cartones impresos: cuenta
Ramón Espuny que en Besora estamparon un sello municipal sobre las
tarjetas de visita del cura párroco, partidas por la mitad para hacer
con cada una dos billetes. La mayoría procedían de imprentas
industriales, pero otros eran de fabricación doméstica, escritos a mano o
a máquina de escribir. El aval de la entidad emisora podía consistir en
un sello, estampillado o impreso, o en la rúbrica de las autoridades
responsables. Los billetes solían ir respaldados por un depósito de
moneda legal igual a la cantidad expedida, que podía consistir en
billetes del Estado, o de la Generalitat en el caso catalán, y que se
guardaba en algún banco o en la caja de seguridad del ayuntamiento.
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25 Cèntims. AJUNTAMENT de LA FLORESTA Cartón
El diseño también ofrece centenares de motivos diferentes. Hay 25 Cèntims. AJUNTAMENT de LA FLORESTA Cartón
ejemplares cuyo estilo se aproxima a las técnicas del cartelismo, arte
en boga durante la guerra; en ellos los autores experimentaron con las
nuevas corrientes artísticas y algunos resultan de una gran belleza. Los
motivos oscilaban desde la simple cifra de su valor sobre fondo blanco
–los más elementales-, hasta alegorías del trabajo agrícola o
industrial, pasando por los planos y vistas de las localidades emisoras,
o los retratos de hombres ilustres: Joaquín Costa se asomó a los
billetes de Hijar o Azaña a los de Orihuela. Asimismo, proliferaron las
referencias a la República, a la revolución y a la guerra. Por último,
algunos ayuntamientos emitieron moneda metálica. Fue el caso de Menorca,
la única de las Islas Baleares en manos de la República, que fabricó
cinco piezas de latón cuyos valores iban desde los 5 céntimos hasta las
2,50 pesetas. También acuñaron metal Arenys de Mar y L´Ametllá de
Valles, en la provincia de Barcelona; Nulles, en Tarragona y Olot y
Segarra de Gaia, en Tarragona, e Ibi, en Alicante. Emplearon, al menos,
seis materiales: níquel, latón, aluminio, cobre, bronce y zinc.
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE L'AMETLLA DEL VALLES
(TARRAGONA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REPUBLICANO
AYUNTAMIENTO DE L'AMETLLA DEL VALLES
(TARRAGONA)
- Spoiler:
25 Céntimos - Latón - Ceca: Barcelona - 26 mm. - 1937
Anv: Escudo de la ciudad, entre 12 puntos colocados de 3 en 3 y adornos florales.
Rev.: *AJUNTAMENT* L’AMETLLA DEL VALLES, alrededor de DE 25 CENTIMS
Bcm173
50 Céntimos - Aluminio - Ceca: Barcelona - 20 mm. - 1937
Anv: Escudo de la ciudad, entre 4 puntos y adornos florales.
Rev.: *AJUNTAMENT* L’AMETLLA DEL VALLES, alrededor de DE 50 Cts
Bcm173a
50 Céntimos - Aluminio - Ceca: Barcelona - 20 mm. - 1937
Anv: Escudo de la ciudad, entre 4 puntos y adornos florales.
Reverso: 50 Cts
Bcm173b
1 Peseta - Aluminio - Ceca: Barcelona - 26 mm. - 1937
Anverso: Escudo de la ciudad, entre 12 puntos colocados de 3 en 3 y adornos florales.
Reverso: * AJUNTAMENT * L’AMETLLA DEL VALLES, alrededor de DE 1 PESSETTA
Bcm173c
1 Peseta - Aluminio - Ceca: Barcelona - 26 mm. - 1937
Anv: Escudo de la ciudad, entre 12 puntos colocados de 3 en 3 y adornos florales.
Reverso: [/B]1 PESETA[/B]
B173d
maravedis.net & fuentes diversas
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Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE ARAHAL (SEVILLA)
El Ayuntamiento de Arahal (Sevilla) puso en circulación, alrededor de CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE ARAHAL (SEVILLA)
febrero de 1938, monedas de 50 céntimos, 1 y 2 pesetas, acuñadas en
latón por una sola cara, de 20 mm, 25 y 30mm., de diámetro
respectivamente. El número total de piezas emitidas está sobre las
35.000, siendo la de 50 céntimos la más escasa.
Las monedas de Arahal son de una gran simplicidad, sin ningún elemento
decorativo. Eran de verdadera emergencia y sin ninguna preocupación
estética, lo que no les quita valor actualmente, pues éste en el
coleccionismo depende de la escasez.
- Spoiler:
50 Céntimos - Ceca: Arahal - 20mm. - 1937
Anv: *AYUNTAMIENTO* ARAHAL alrededor de 50 CENTIMOS
Piezas acuñadas en 1937 - 5.000
Bcm174
1 Peseta - Ceca: Arahal - 25 mm. - 1937
Anv: *AYUNTAMIENTO* ARAHAL alrededor de 1 PESETA
Piezas acuñadas en 1937 - 20.000
Bcm174a
2 Pesetas - Ceca: Arahal - 30 mm. - 1937
Anv: *AYUNTAMIENTO* ARAHAL alrededor de 2 PESETAS
Piezas acuñadas en 1937 - 10.000
Bcm174b
maravedis.net & fuentes diversas
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Un poco de historia de Arahal
- Spoiler:
Arahal (Sevilla) es el pueblo que posee más muertos de
la provincia en el cuadro de García Márquez, que utiliza los datos del
Ministerio del Interior, solicitados en octubre de 1938 desde Valladolid
a todas las ciudades liberadas. Había que enviar datos completos de
fusilados, desaparecidos, huidos, etc. en una orden que diferenciaba a
los “fusilados” por los nacionales de los “asesinados” por los rojos.
Según este informe, en Arahal hubo 415 fusilados, que comparados con los
de pueblos sevillanos de intensa acción represiva, Osuna (206) o Utrera
(266) por ejemplo, en Arahal son el doble. Pero hay que ser muy
prudente con los datos de la represión, pues son cambiantes e
inseguros, dependiendo de cual sea la investigación.
En la guerra civil de Arahal se volvieron a repetir fatídicamente hechos
parecidos a los de 1857 durante el reinado de Isabel II: sublevación
violenta y confusa de personas sin una identificación clara,
violaciones, crímenes e incendios, seguido de una represión fortísima
por parte del gobierno. La diferencia, que esta represión decimonónica
fue contestada en la prensa de todo el país con gran repercusión para
los medios de entonces. Algo que no pudo ocurrir en medio de la lucha
fratricida del 36. El silencio posterior que ocultaba a los “fusilados”
justificando a los “asesinados” suponía cargar en la mente colectiva del
pueblo un crimen sin resolver. Algo que ha ocurrido en muchos sitios,
pero Arahal sufrió un trauma doloroso, en cantidad y en intensidad. Ese
miedo que permanece en algunos pueblos sevillanos, como Arahal, al que
alude Nicolás Salas nunca se cura en el silencio. Por eso, ya casi un
siglo después, Arahal necesita un definitivo relato de los hechos para
conocimiento de las nuevas generaciones.
Nota personal: No quería politizar el hilo, pero llegando a éste
punto me resisto a ocultar a este personaje golpista genocida conocido
por sus actos criminales, amenazas y arengas que solo podrían emanar de
una mente desequilibrada y sanguinaria.
Queipo de Llano a través de los micrófonos de Unión Radio Sevilla,
dirigida por el teniente coronel Antonio Fontán, en las que todos los
días, generalmente a las diez de la noche, con el fin de amedrentar al
enemigo y animar a los partidarios nacionalistas en zona republicana, en
un lenguaje directo y generalmente chabacano, se burlaba de los
dirigentes de la República y hacía alusiones a la virilidad de
legionarios y regulares, con comentarios tales como:
“(…) En San Fernando hay muchos familiares de tripulantes de la
escuadra pirata que están en nuestro poder; nos servirán de rehenes y
sus vidas responderán de los que mueran en San Sebastián.
“(…) La no menos célebre Pasionaria — que la ha tomado conmigo porque no
se da cuenta de que admiro sinceramente, y no en broma, su ascenso
desde criada de 30 reales a primera figura del régimen.
“(…) Nuestros valientes Legionarios y Regulares han demostrado a los
rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y, a la vez, a
sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y
anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son
hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por
mucho que berreen y pataleen.
“(…) Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los «rojos» preparando sus mantones de luto.
“(…) Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón,
Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os
autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer
coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de
toda responsabilidad.
Transcripciones de algunas charlas de Queipo de Llano en Radio Sevilla. Las relacionadas con Arahal son del 23 de julio de 1936:
“(…) Al Arahal fue enviada una columna formada por elementos del
Tercio y Regulares, que han hecho allí una razzia espantosa, sancionando
con ejemplares castigos los excesos salvajes inconcebibles que se han
cometido en aquel pueblo.
“(…) Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los
rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos;
que ahora, por fin, han conocido a hombres de verdad, y no castrados
milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará.” (23-7-36)
”(…) A todos les recuerdo que, por cada persona honrada que muera, yo
fusilaré, por lo menos, diez; y hay pueblos donde hemos rebasado esta
cifra. Y no esperen los dirigentes salvarse, apelando a la fuga, pues
los sacaré de bajo la tierra, si es preciso, y si están muertos, los
volveré a matar…”
Nota: Fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo
imputado por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por Baltasar
Garzón, por los delitos de detención ilegal y crímenes contra la
humanidad cometidos durante la Guerra civil española y en los primeros
años del régimen. No fue procesado al comprobarse su fallecimiento.
Baltasar Garzón fue imputado por prevaricación por este procedimiento al
considerar el Tribunal Supremo que, sin entrar en el fondo del asunto
(la acusación a los líderes franquistas), no tenía competencias para
ello.
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
Como la falta de moneda fraccionaria afecta también a la zona nacional, CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
para poner remedio el Gobierno golpista puso en circulación monedas de 25 céntimos, por Decreto firmado en Burgos el 5 de abril de 1938:
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Bcm175 «La nueva moneda de cuproníquel. El ministerio de Hacienda ha acordado
la acuñación de una moneda de 25 céntimos de peseta con aleación de
cobre y níquel hasta un importe total de cinco millones de pesetas. La
aleación de esta moneda será de 750 milésimas de cobre y 250 de níquel
con tolerancias máximas de 10 por 1.000, y su peso será de siete gramos,
con permiso de 15 por 1.000 en más o en menos. Será redonda, torculada y
con canto liso. Tendrá un diámetro de 25 milímetros y llevará agujero
central con diámetro de 3,5 milímetros. La inscripción será; "España, una, grande, libre, 1937. II Año Triunfal", en el anverso, y en el reverso un escudo de España,
una rama de laurel y la inscripción "25 Cts". Esta moneda se admitirá
en los establecimientos sin limitación alguna y entre los particulares
hasta la cantidad de cinco pesetas cualquiera que sea la importancia del
pago.»
(ABC, Sevilla, domingo 17 de abril de 1938, pág. 11.)
Estas monedas fueron acuñadas en Austria por Berndorfer Metallwrenfabrik A. G. y por la Casa de la moneda de Viena. En las monedasaparecen las iníciales ST (en monograma) y VV que corresponden a
José Luis Sánchez Toda (Grabador) y Víctor Villanueva (Ensayador)
Se mantuvo en circulación hasta 1951, en que fue retirada pues era más
valioso el níquel de cada pieza que su valor nominal. No lleva el nuevo
escudo de febrero de 1938, sino el nacional de 1868 con la corona real.
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE MARCHENA (SEVILLA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE MARCHENA (SEVILLA)
- Spoiler:
Llamados Los Reales Marcheneros/as o Chanflones
15 Céntimos - Latón - Ceca: Marchena - 40 mm. - 1939
Anv: VALE 25 C MARCHENA (o por error) VALE 025 C MARCHENA
Reverso: Sin acuñar
Piezas acuñadas en 1937 - 7.000.000
0,25 Céntimos. Latón. Ayuntamiento de Marchena
(Sevilla). Error en valor. Conservación excelente para este tipo de
acuñaciones. Subastada a puja en 1.200€, se remató en 2.550€. Dejo a vuestro criterio la diferencia
“...Hay que sembrar el terror,
hay que dar sensación de dominio,
eliminando sin escrúpulos ni vacilación
a todos los que no piensen como nosotros ...”
Emilio Mola 19-7-1936
Imagina nadie por quien matar o morir ...
imagina a todo el mundo viviendo en paz.
John Lennon. ImagineUn poco de historia
Marchena, fue tomada el 20 de Julio de 1936, tan sólo
resistió dos días. Las tropas que la tomaron no provinieron de Sevilla
capital, centro neurálgico del golpe en la zona, sino de un pueblo más
cercano: Écija.
En Écija, existía una pequeña guarnición militar, muy vinculada a Jerez y
ello incidió a que esta localidad fuera la primera de la provincia en
incorporarse a la sublevación. El mismo 18 de Julio de 1936, las
localidades de La Lantejuela y de La Luisiana se sumaron al golpe,
“gracias” a la intervención de los respectivos cuarteles de la Guardia
Civil
La situación en Marchena es compleja, aunque resonaban “ruidos de sable”
- ya el 17 se sublevaron los insurgentes en África-, el mismo 18 de
Julio por la mañana parte para Sevilla el alcalde Luis Arispón
Rodríguez, será desgraciadamente un viaje sin retorno.
Así, por ejemplo, en Marchena los datos de Orden Publico (O.P.) indican 0
fusilados y 198 desaparecidos y se conoce la identidad de 192
ejecutados hasta la fecha.
El investigador Javier Gavira ha identificado hasta la fecha 192 vecinos
asesinados, sin que aun se conozca la cifra definitiva de la represión
en Marchena.Relato
El 18 de Julio de 1936, la sublevación militar tiene
una fuerte resistencia en Marchena y es contenida en principio. Los
terratenientes, sabiendo que el Ejército se ha pronunciado a favor del
general Queipo de Llano, piden ayuda a la Remonta de Ecija, cuerpo de
Caballería situado a unos 36 km. Un destacamento al mando de un capitán,
con familiares fascistas en el pueblo, en un par de días se hace con el
control de Marchena, sometiendo y encarcelando a los 22 últimos
resistentes republicanos, entre ellos a mi padre.
El 24 de julio de 1936, fallece un sobrino del capitán, como
consecuencia de las heridas por balas en los enfrentamientos. Los
fascistas deciden vengarse ordenando matar a todos los encarcelados al
día siguiente. El trabajo sucio lo hicieron varios falangistas, entre
ellos una tal Calderón, quienes concentran a los 22 prisioneros en lo
que fue patio de armas de un castillo, y tomando los “naranjeros” de la
Guardia Civil, asesinan a todos acribillándolos. Mas adelante, algunos
serian premiados ocupando el tal Calderón durante años el cargo de
Alcalde y otro de Juez de Marchena.
La represión de la dictadura no solo afectó a los que fueron fusilados,
los encarcelados, los exiliados, los que cumplieron condenas en los
campos de concentración o batallones disciplinarios de trabajadores.
Durante un largo periodo de tiempo, una vez terminada la guerra civil,
afectó a millones de familias en donde el papel de la mujer fue
meritorio para sacar adelante a sus hijos y en donde sufrieron todo tipo
de represalias y vejaciones. Franco sumió a nuestro país en la más
absoluta miseria económica y cultural en donde, durante casi dos
generaciones, los hijos de los que defendieron la legalidad de la
República pasamos todo tipo de privaciones y de discriminación. Aún
conservo en mi memoria el hambre que pasamos durante la década de los
años cuarenta y las largas colas para obtener un plato de sopa caliente
en el Auxilio Social de Falange. Fue un autentico exterminio en donde el
Caudillo, comenzó y terminó asesinando hasta pocos meses antes de su
muerte, el 20 de noviembre de 1975.
Bcm176/176a
Bcm176/176a
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Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE LORA DEL RIO (SEVILLA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE LORA DEL RIO (SEVILLA)
- Spoiler:
En Lora del Río (Sevilla) circularon monedas
municipales de 25 céntimos, acuñadas en latón, de 23 mm de diámetro y
canto liso. El número de monedas acuñadas no se conoce, pero se
considera escasa.
25 Céntimos - Latón - Ceca: Lora del Rio - 3.5 gr. x 23 mm. - 1939
Anv: LORA DEL RIO alrededor del escudo de la localidad.
Rev.: PROVISIONAL CURSO INTERIOR 25 CTS, con una espiga de trigo a la derecha.
Piezas acuñadas en 1939 - 5.000
NOTA: a menor número de piezas, mayor el riesgo de que sea falsa
Bcm177
Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE CAZALLA DE LA SIERRA (SEVILLA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE CAZALLA DE LA SIERRA (SEVILLA)
- Spoiler:
10 Céntimos - Latón - Ceca: Cazalla de la Sierra - 3.35 gr. x 24 mm. - 1939
Anv: CAZALLA DE LA SIERRA, AÑO DE LA VICTORIA y escudo de la localidad a la derecha.
Rev.: PROVISIONAL CURSO INTERIOR 10 CTS, con una rama de olivo a la izquierda.
Piezas acuñadas en 1939 - 50.000
Bcm Bcm178
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Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE PUEBLA DE CAZALLA (SEVILLA)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE PUEBLA DE CAZALLA (SEVILLA)
- Spoiler:
10 Céntimos - Latón - Ceca: Puebla de Cazalla - 23 mm. - 1939
Anv: PUEBLA DE CAZALLA CURSO INTERIOR, alrededor del Yugo y las Flechas, a la izquierda AÑO DE LA VICTORIA
Rev.: 10 CTS alrededor de un círculo de puntos
25 Céntimos - Latón - Ceca: Puebla de Cazalla - 27 mm. - 1939
Anv: PUEBLA DE CAZALLA CURSO INTERIOR, alrededor del Yugo y las Flechas, a la izquierda AÑO DE LA VICTORIA
Rev.: 25 CTS alrededor de un círculo de puntos.
Nota: Existen numerosas variantes de estas monedas y se desconocen el número de piezas acuñadas
Bcm179/179a
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Re: Monedas de España por Agusbal
GUERRA CIVIL (1936 - 1939)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE TREBUJENA (CÁDIZ)
CECAS DE EMERGENCIA EN EL BANDO REBELDE o NACIONAL
AYUNTAMIENTO DE TREBUJENA (CÁDIZ)
- Spoiler:
Un tema complicado
En el libro editado en 1989 "1936-1939, la moneda de
necesidad en la provincia de Sevilla" de Luis Barrera Coronado describe
éstas monedas como "imaginarias"
En la página 16 del mencionado libro, dice "supuestamente emitida por
este ayuntamiento (el de Trebujena) aparece una serie de tres valores
fechada en 1936. Aunque por sus faciales puede entrar dentro de la
moneda fraccionaria, no así por la fecha que indican por ser demasiado
pronto para la emisión de moneda metálica, ya que cuando ésta se hizo
vino a sustituir al vale de cartulina. Esta serie es de fantasía, creada
con el único objeto de engañar al coleccionista. Se empezó a vender en
unión de otra de Jávea, hace aproximadamente unos veinte años"
Todas las monedas comparten la misma leyenda, metal, Ceca y año
25 Céntimos - Latón - Ceca: Trebujena - 21 mm.? - 1936
Anv: *AYUNTAMI*DE*TREBUJENA *1936* alrededor del escudo de la ciudad
Rev.: 25 CTMS* CURSO INTERIOR, y a la izquierda el yugo y las flechas.
Se desconoce el número de piezas acuñadas
Nota: En esta moneda Ayuntamiento está incompleto,… ¿cuestión de espacio?
La de 1 pts. Tiene 27 mm. de diámetro y la de 50 cts. 24 mm.
Nota: Éstas son copias en latón
Bcm180/a/b
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
Seguro que más de uno tendréis algunas monedas de esta época por los cajones
Empezamos con los 5 céntimos, que constan de cuatro fechas: 1940, 1941, 1945 y 1953
Seguro que más de uno tendréis algunas monedas de esta época por los cajones
Empezamos con los 5 céntimos, que constan de cuatro fechas: 1940, 1941, 1945 y 1953
- Spoiler:
En el reverso se presenta un escudo y abajo los
símbolos del Yugo y las Flechas, propios de los Reyes Católicos pero
apropiado por la simbología de Franco. A ambos lados se indica el valor
de la moneda abreviando “céntimos” por “cents”.
5 Céntimos - Aluminio - Ceca: Madrid - 1.25 gr. x 20 mm. - 1940
Anv: ESPAÑA 1940 debajo de un jinete con lanza a derechas (imitando el modelo de las monedas íberas de un as)
Rev.: CINCO CENTS con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan y yugo y flechas debajo.
Grabador: Carlos Mingo
Piezas acuñadas en: 1940 - 175.000.063 / 1941 - 202.106.760
1945 - 221.500.000 / 1953 - 31.573.240
Un tema interesante en el que fijarse es que en las
columnas de Hércules se indica PLUS ULTRA, pero escribiendo PLUS y ULTRA
con una V, es decir PLVS VLTRA. Es importante notar que en todas las monedas de 5 céntimos el PLVS se escribe con “V”, y no con “U”
Vamos a ver ahora las de 10 céntimos, que tienen las mismas fechas. Son las siguientes: 1940, 1941, 1945 y 1953
Las piezas son muy semejantes a las anteriores. La única diferencia es
que éstas son un poco más grandes e indican 10 cent. Además, hay un
detalle muy sutil, y es que en las columnas de Hércules se indica PLUS
VLTRA, pero esta vez la palabra PLUS está escrita con “U” . ¿Siempre? No.
Existen dos conocidas variantes en las que el PLUS de las columnas de
Hércules está escrito con V, al igual que en las monedas de 5 céntimos. Estas variantes se dan sólo en las monedas de 1940 y de 1941 de 10 céntimos.
Además de estas variantes existe otra, mucho menos conocida y que no se incluía en la subasta Hispania. Se trata de una variante de la de 10 céntimos de 1940 con PLVS con V y VNA
(de “UNA GRANDE Y LIBRE” en la leyenda superior) también con V. Esta
moneda se subastó en Herrero el 10 de diciembre de 2009 en calidad sin
circular, rematándose en 180 euros. En cualquier caso, es bastante más
rara que las anteriores.
Dicen que en el libro de Aledón citan la variante PLVS VNA para la
moneda de 10 céntimos de 1941. Yo no tengo ese libro ni he visto esa
variante, así que no puedo corroborar la existencia de esa moneda.
10 Céntimos - Aluminio - Ceca: Madrid - 2 gr. x 23 mm. - 1940
Anv: ESPAÑA 1940 debajo de un jinete con lanza a derechas (imitando el modelo de las monedas íberas de un as)
Rev.: DIEZ CENTS con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan y yugo y flechas debajo.
Grabador: Carlos Mingo
Piezas acuñadas PLUS con U y PLVS con V en 1940 - 225.000.000
Piezas acuñadas PLUS con U y PLVS con V en 1941 - 247.981.954
Piezas acuñadas PLUS con U en 1945 - 250.000.000
Piezas acuñadas PLUS con U en 1953 - 865.850.000
Nota: En el catalogo de Carlos Castán y Juan
Cayón “Las monedas españolas desde Don Pelayo a Juan Carlos I” se
menciona una moneda con fecha 1937 acuñada en Burgos en Zinc,
desconociéndose el número de piezas. Puede que se refiera a una que
traeré en un par de post, aunque el tipo no corresponde en semejanza a
éstas monedas de 5 y 10 céntimos.
[SIZE=”1”] Bcm181/a/b
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
No voy a seguir un orden cronológico de fechas.
Las dos siguientes monedas hacen referencia al II y III “Año triunfal”
No voy a seguir un orden cronológico de fechas.
Las dos siguientes monedas hacen referencia al II y III “Año triunfal”
Un año antes de acabar la guerra, el bando franquista
decidió encargar a una fábrica austriaca la fabricación de monedas de 25
céntimos con taladro central. Estaban hechas de níquel y tuvieron mucho
éxito hasta que en 1.951 se recogieron ya que ese metal había subido de
precio en los mercados internacionales.
- Spoiler:
10 Céntimos - Níquel - Ceca: Viena - 7 gr. x 25 mm. - 1937
Anv: ESPAÑA UNA GRANDE LIBRE 1937 II AÑO TRIUNFAL con el yugo y las flechas a la derecha. Con taladro central.
Rev.: 25 CTS rodeado por un escudo de España coronado y una rama de olivo. Con taladro central.
Grabador: José Luis López-Sánchez Toda - Ensayador: Víctor Villanueva
Se desconoce el número de piezas acuñadas
Nota: para más información sobre esta moneda ver el post 238
Bcm175
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
10 CENTIMOS III AÑO TRIUNFAL. ¿PRUEBA O INVENTO?
10 CENTIMOS III AÑO TRIUNFAL. ¿PRUEBA O INVENTO?
- Spoiler:
10 Céntimos - Zinc - Ceca: Burgos - 5 gr. x 25 mm. - 1939
Anv: ESPAÑA UNA GRANDE LIBRE alrededor de 10 CTS
Rev.: III AÑO TRIUNFAL entre el escudo de España, con el águila de San Juan y el yugo y las flechas debajo.
Grabador: Carlos Mingo
Se desconocen el número de piezas acuñadas
Nota: Yugo y flechas invertidas
Extraña y muy emblemática moneda de la que nadie tiene
documentación alguna sobre su existencia. Está fabricada en zinc, 25mm
de diámetro, 5 gramos de peso y supuestamente acuñada en Burgos. Según
Jose Maria Aledón la cataloga mas como un invento o moneda de
emergencia. Transcribo un fragmento de lo que comenta en su libro "La
peseta, Catalogo Básico 1997": No parece probable que el Gobierno de
Franco pretendiera acuñar moneda de curso legal, sin hacer constar en
ella la fecha de la ley que confiere dicha vigencia; y menos tras haber
acuñado "correctas monedas" de 25 céntimos, solo un año antes, las
cuales además de conmemorar el "II Año Triunfal" ostentan claramente en
su anverso la fecha de su correspondiente ley, 1937, y que, por
vicisitudes de la guerra, tuvieron que ser fabricadas en Austria,...
tampoco resulta acertado pensar que con esas grotescas piezas se
pretendiese ensayar o probar algo que condujera al magnífico diseño de
las monedas de 5 y 10 céntimos de aluminio...". Particularmente pienso
que se trate más de un invento que de otra cosa, básicamente por la
carencia de documentación que respalde dicha acuñación y por las
características técnicas de la moneda, considero que aquellos catálogos
que la den por buena deberían aclarar porque piensan así o si existe
algún interés por medio. Existe otro libro llamado "La peseta historia
de una época" donde prácticamente descartan esta pieza como moneda
catalogándola más como invento que otra cosa.
Bcm182
Fuentes diversas
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
10 Céntimos 1959
10 Céntimos 1959
- Spoiler:
10 Céntimos - Aluminio - Ceca: Madrid - 0.75 gr. x 17.5 mm. - 1959
Anv: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G DE DIOS 1959 alrededor de un busto del general a derechas.
Rev.: 10 CÉNTIMOS rodeado por un círculo formado por hojas de olivo.
Grabador: Manuel Marín - Diseñador: Mariano Benlliure
Piezas acuñadas del tipo P-125: en 1959 - 900.000.000 piezas
Nota: más adelante hablaremos sobre el diseñador Mariano Benlliure
Bcm183
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
50 Céntimos 1949
50 Céntimos 1949
- Spoiler:
50 Céntimos - Níquel - Ceca: Madrid - 4 gr. x 20 mm - 1949
Anv: *ESPAÑA* 1949 a la izquierda de un ancla y un timón, con taladro central.
Rev.: 50 CENTIMOS sobre un escudo de España partido por la mitad por el taladro central, Yugo y Flechas debajo, con granada sobre éstas.
Grabador: Carlos Mingo
La fecha que aparece en las estrellas es el año de
acuñación, y la data que figura en grande es el de la ley de turno que
legitimaba la acuñación de la pieza en cuestión.
Cantidad acuñaciones en millones
1949 - *1951* - 28.01
1949 - *1952* - 18.5
1949 - *1953* - 17.5
1949 - *1954* - 37
1949 - *1956* - 38
1949 - *1962* - 31
1963 - *1963* - 4
1963 - *1964* - 20
1963 - *1965* - 14
50 céntimos de Francisco Franco, con flechas invertidas. ¿Error o moneda acuñada así?
Grabador: Carlos Mingo
Piezas acuñadas en *1949* y puestas en circulación en 1951 - 990.000
La moneda de 50 cts. de 1949 con las flechas
invertidas aparece catalogada y tiene más valor que el resto. Es el
"error más clásico" de las monedas españolas. El valor no es excesivo si
el estado de conservación no es Prueba (proof) o sin circular, pero si
superior al resto de monedas. Hay algunas diferencias que provienen del
deterioro de los cuños, pero no pueden tenerse por errores. Por ejemplo,
y como curiosidad, (a quien le guste) el agujero descentrado
Del libro de Jose Maria Aledón sobre dicha moneda:
Las flechas invertidas. Una ley de Jefatura del Estado, con fecha 22 de
diciembre de 1949, creó la nueva moneda de 50 céntimos. Este nuevo tipo
de moneda, que empezó a fabricarse a principios de 1951, tuvo que ser
interrumpido a los dos meses escasos, cuando aún no se había llegado al
millón de piezas, para modificar un detalle de su diseño original: el
Haz de fechas de su reverso estaba grabado con las flechas hacia abajo. Y
esto, según las autoridades monetarias, entraba en conflicto con la
imagen de la nueva España del Movimiento Nacional. El departamento de
grabado procedió a cambiar la dirección de las flechas, que desde
entonces y en todas las emisiones siguientes mirarían hacia arriba.
Bcm184/184a
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
50 Céntimos 1966
50 Céntimos 1966
- Spoiler:
50 Céntimos - Aluminio - Ceca: Madrid - 1 gr. x 20 mm. - 1966
(El año de acuñación va en las estrellas)
Anv: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G DE DIOS * 1966* alrededor de un busto del general a derechas.
Rev.: [/B]50 CTS[/B] con una rama de olivo
Diseñador: Juan de Ávalos - Grabador: Manuel Marín
El año de acuñación va en las estrellas y la data que
figura en grande es el de la ley de turno que legitimaba la acuñación de
la pieza en cuestión.
Cantidad acuñaciones en miles / millones
1966 - *1967* - 80
1966 - *1968* - 100
1966 - *1969* - 50
1966 - *1970* - 22.700
1966 - *1971* - 99
1966 - *1972* - 283.000
1966 - *1973* - 10
1966 - *1974* - 25.000
1966 - *1975* - 75.000
Nota: A partir del año 1867, durante el reinado de Isabel II, se
empezó a grabar en el interior de dichas estrellas el año de acuñación,
esto se mantuvo hasta la etapa de Juan Carlos I.
Con anterioridad a 1867, el sistema utilizado en las monedas españolas,
para indicar las diferentes cecas, según el número de puntas de la
estrella grabada en ellas. Esta practica (Marca de CECA) fue llevada a
cabo hasta 1982, año en que se empezó utilizar la M coronada.
Bcm185
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
La peseta del “UNO”
La peseta del “UNO”
Tras la guerra España precisaba una reserva de metales
nobles para pagar la reconstrucción del país. Para ello Francisco
Franco promulgó una ley el 20 de enero de 1939 que privó de curso legal a
todas las monedas de plata, acuñadas desde la instauración de la peseta
como unidad monetaria en 1868. Pero los motivos económicos y de
abastecimiento de materias primas dificultaban la acuñación de las
nuevas monedas con materiales previamente utilizados,…
El departamento técnico de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre resolvió la situación eligiendo la moneda de 1 dinar de Yugoslavia, dura, resistente y compuesta por una aleación de 90% de cobre y 10% de aluminio, la futura base del sistema monetario español durante casi 25 años.
Esta moneda fue la primera moneda oficial del nuevo régimen y comenzó su
circulación el 18 de marzo de 1944. En estas pesetas aún no aparece la
efigie de Franco, tan solo la expresión de su valor en el anverso, por
lo que pasaron a conocerse popularmente como “las del uno”.
- Spoiler:
1 Peseta - Cobre - Ceca: Madrid - 3.5 gr. x 21 mm. - 1944
Anv: 1 PESETA rodeado de castillo, león, cadenas, yugo y flechas y granada.
Rev.: ESPAÑA 1944 con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan, con el yugo y las flechas debajo
Grabador: Carlos Mingo - Ensayador: Luis Lirio
Piezas acuñadas en 1944 (sin estrellas (ver foto)) - 150.000.000
Nota: En el catalogo de “Las monedas españolas
desde Don Pelayo a Juan Carlos I” de Carlos Castián y Juan Cayón se
menciona otra moneda de 1946 con estrellas de 1948. Se desconoce el
número de acuñaciones. Estas monedas alcanzan un precio considerable.
Bcm186
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
La peseta de Benlliure
La peseta de Benlliure
El 27 de diciembre de 1947 una ley promovió la
vigencia de la peseta de 1944, pero con un nuevo diseño: la efigie del
jefe de Estado en el anverso. Un grabado con el busto de Francisco
Franco fue el modelo elegido para la fabricación de monedas emitidas con
fechas de 1947, 1953 y 1963.
Una de las piezas más cotizadas de las acuñadas en el periodo franquista
es la peseta de 1946 con estrellas *19-48*. Esta moneda tiene el
sobrenombre de “Peseta de Benlliure” o “Peseta con busto de Benlliure”, por haber sido diseñada por el escultor valenciano Mariano Benlliure y Gil.
Según Vives de la Cortada, sólo se tiene constancia de 149 ejemplares de
esta moneda (y sólo uno en calidad sin circular), los cuales son
poquísimos si los comparamos con las decenas de miles de coleccionistas
de la numismática franquista. Evidentemente, no es una pieza barata.
Lo bueno de esta pieza es que el busto es diferente al de las pesetas de 1947,
lo cual hace que sea muy difícil falsificarlas. Lo que suelen hacer la
gente que las falsifica es coger una moneda de 1947 (*19-48*), vaciar el
“7″ de la fecha de y poner en su lugar un “6″. Después envejecen la
fecha para darle una tonalidad más oscura y que no cante tanto con
respecto al resto de la moneda. Pero si sólo hacen eso se les escapa un
detalle mucho más difícil de falsificar, y es que el cogote de Franco
está más hundido en la peseta de 1946 que en la de 1947. No obstante,
debido a su precio yo no recomendaría a nadie comprar la moneda si no se
tiene la certeza asegurada de su autenticidad.
No se a conseguido averiguar el porqué esta moneda llego a la
circulación al contrario de las otras pruebas de aquella Ley de 1946,
que no vieron jamás la luz de la circulación monetaria, ni quien tomo la
decisión de que así fuese, es un misterio todavía no aclarado pero su
autenticidad es indudable y los escasos cientos que llegaron a la
circulación, lo hicieron durante muchísimos años ya que las localizaban
los particulares mirando simplemente el cambio y entre miles y miles de
monedas de pesetas del 1947, de vez en cuando aparecía una de 1946, que
por sí sola ya justificaba la búsqueda.
En cuanto a su cotización, para una moneda en MBC (muy buena condición),
en el catálogo de los Hermanos Guerra de 2005 la estiman en 4200 €, en
el de Cayón de ese mismo año en 1800 €. En la Subasta de Aureo y Calicó
del 2 de abril de 2008 se vendió en 4200 €, aunque había sido estimada
en 3500 € por la misma casa de subastas.
- Spoiler:
1 Peseta - Cobre - Ceca: Madrid - 3.5 gr. x 21 mm. - 1946
Anv: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G DE DIOS 1946 alrededor de un busto del general a derechas.
Rev.: *UNA* PESETA con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan, con el yugo y las flechas debajo.
Diseñador: Mariano Benlliure - Grabador: Manuel Marín
Este grabado y características se mantuvieron hasta 1963
1 Peseta - Cobre - Ceca: Madrid - 3.5 gr. x 21 mm. - 1947
Anv: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G DE DIOS 1947 alrededor de un busto del general a derechas.
Rev.: *UNA* PESETA con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan, con el yugo y las flechas debajo.
Diseñador: Mariano Benlliure - Grabador: Manuel Marín
(El año de acuñación va en las estrellas)
El año de acuñación va en las estrellas y la data que
figura en grande es el de la ley de turno que legitimaba la acuñación de
la pieza en cuestión.
Cantidad de acuñaciones en millones
1947 - *1948* - 6.5
1947 - *1949* - 25.5
1947 - *1950* - 5
1947 - *1951* - 12
1947 - *1952* - 18
1947 - *1953* - 33
1947 - *1954* - 50
Error: 1947 - *1956* - número de acuñaciones desconocido
1953 - *1954* - 6
1953 - *1956* - 118
1953 - *1960* - 43
1953 - *1961* - 25
1953 - *1962* - 72
1953 - *1963* - 37
1963 - *1963* - 36
1963 - *1964* - 80
1963 - *1965* - 70
1963 - *1966* - 63
1963 - *1967* - 21
La industrialización y el despegue económico de los años 60 afectaron a
la producción de la moneda. Nuevas aleaciones y maquinaria de calidad
abastecían el mercado de la moneda necesaria, cada vez más económica y
mejor acabada.
Las enormes cantidades de moneda fraccionaria en circulación transmitían
una imagen desmesurada y antigua de Francisco Franco, que en 1966
contaba con 74 años. El día 1 de mayo de 1967 entro la acuñación de la
nueva moneda con el busto de dictador por uno más acorde con su edad.
Las características se siguieron manteniendo a excepción de la aleación y
del diseñador Juan de Ávalos que remplazó a Mariano Benlliure
1 Peseta - Aluminio-bronce - 1966
Diseñador: Juan de Ávalos - Grabador: Manuel Marín
1966 - *1967* - 49.000.000
1966 - *1968* - 120.000.000
1966 - *1969* - 120.000.000
1966 - *1970* - 75.000.000
1966 - *1971* - 115.267.308
1966 - *1972* - 106.018.000
1966 - *1973* - 116.000.000
1966 - *1974* - 181.000.000
1966 - *1975* - 228.245.000
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Re: Monedas de España por Agusbal
PERIODO FRANQUISTA
El “Medio Duro”
El “Medio Duro”
- Spoiler:
2.5 Pesetas - Cobre - Ceca: Madrid - 7 gr. x 25 mm. - 1953
Anv: FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA G DE DIOS 1953 alrededor de un busto del general a derechas.
Rev.: *2'50* PESETAS con el escudo de España en tiempos de la dictadura, sobre el águila de San Juan, con el yugo y las flechas debajo.
Diseñador: Mariano Benlliure - Grabador: Manuel Marín
El año de acuñación va en las estrellas y la data que
figura en grande es el de la ley de turno que legitimaba la acuñación de
la pieza en cuestión.
Cantidad de acuñaciones
1953 - * 1954* - 22.781.599
1953 - * 1956* - 30.328.401
1953 - * 1968* - 1.000
1953 - * 1969* - 2.000
1953 - * 1970* - 6.800
1953 - * 1971* - 10.000
Anécdota: esta moneda no era muy apreciada por el público, pues
su valor era poco práctico. Sin embargo era profusamente utilizada por
los autobuses Alsa en la línea Gijón-Oviedo. El motivo: el billete
costaba 21,50 ptas. y en la taquilla era normal que pagaras con 25 y te
devolvían una moneda de 2,50 con una de peseta.
Otra curiosidad era, que a esta moneda se la llamaba "Puchades" porque
era medio duro y rubio. (Puchades era un jugador de fútbol) Ref: Imperio
Numismático
Las siguientes monedas son pruebas. Podéis ver en la primera el mismo
diseño de la Peseta del “Uno” (Post 250) En la segunda PESETAS cambia
por *PTS*. Ampliar las fotos para detalles.
Estas dos piezas se subastaron en la colección
Hispania y se remataron por los 3000€ que salían cada una. Generalmente
son consideradas pruebas, pero en realidad se acuñaron para cumplir con
una ley de emisión, por lo que estrictamente hablando no son pruebas.
Más tarde, en la colección Laureano Figuerola también se subastaron
estas monedas saliendo por 6000€ cada una y no encontraron comprador. En
este caso los aprendices a especuladores pudieron comprobar lo difícil
que resulta doblar la inversión en unos meses.
En mi opinión, las siguientes monedas, posiblemente fueron intentos fallidos de restablecer la credibilidad monetaria.
Prueba en plata 1946 y estrellas del mismo año
La mayoría de estas monedas correspondían a ordenes de
leyes de emisión, en las cuales se intentaba poner en circulación
monedas españolas que volvieran a ser referente mundial y a volver a
sacar monedas de plata a la circulación, siguiendo la política de
exaltación nacional de la época, mas pensada desde un punto de vista
propagandístico, pero en el practico se encontraban de cara con la cruda
realidad de una postguerra. Como emitir monedas de plata de 2,5 pesetas
a gran escala era imposible en la época (no sé a qué ministro se le
ocurriría soñar con ello) sacaron unas pocas (no creo que haya más de
media docena) y se las repartieron entre algunos altos cargos sabiendo
que algún día valdrían una propina. En todo caso, las monedas de plata
nunca circularon, las que tuvieron curso legal fueron las de cobre.
De las pruebas de 2,50 pesetas en plata se subastaron
dos en la colección Laureano Figuerola en abril de 2008: una
desmonetizada y con flores a los lados y otra sin desmonetizar y sin
flores a los lados. La desmonetizada se remató en 2600€ (precio de
salida en 2500€) y la que no lo estaba cambió de manos por los 9000€ de
salida. Estos ejemplares se pueden ver en el museo de la FNMT en Madrid.
La prueba de 1945 tiene su encanto por la apología al mundo "rural de la posguerra".
Un tema interesante en el que profundizar.
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